domingo, 26 de mayo de 2019

Crónica de recital de Toto Nievas, realizado en un seminario sobre Periodismo de Rock, comandado por Nicolás Igarzábal (Autor de los libros 'Cemento, el semillero del rock' y 'Más o menos bien, el indie argentino en el rock post Cromañón')


Toto: la voz sintética

Dueño de un caudal tan andrógino como particular y con un legado indiscutible en el under local, Adrián José Nievas o, simplemente Toto, supo dejar su marca en el rock argentino. Tras un largo parate y mientras parecía que volvería al ruedo sin inconvenientes, una mañana fría de mayo fue encontrado muerto en su casa. He aquí una de sus últimas noches arriba del escenario de Niceto Club, donde supo ser el rey.


Pensar en Toto es pensar en Adicta. La banda fundada por el cantante, Rudie Martínez y el ex Los Brujos Fabio Rey Pastrello se convirtió rápidamente en una de las más significativas de la primera década del siglo XXI del rock/pop argentino. Tras la partida de Pastrello, el dúo Martínez/Nievas se afianzó y se convirtió en una hegemonía cultural, que logró una seguidilla de discos que marcaron la época. 

Pero no todo fue color de rosa: su final fue tan abrupto que hasta alimentó cierto mito. Tal es así que mientras se empezaban a conocer los primeros temas de un nuevo trabajo a comienzos de 2012, una pelea interna de Toto con el resto del grupo selló el repentino fin con dos shows en plena gira interbarrial, por el conurbano bonaerense. Uno en Ramos Mejía, con Adrián Nievas en voz pero con un clima hostil con el resto de la banda, y otro en Avellaneda, sin el frontman y con el público subiendo a cantar los temas.

El silencio de Ciudadano Toto duró casi dos años. De a poco, empezó a subir vídeos a las redes sociales con covers, canciones nuevas y hasta grabando en el estudio. Para fines de 2014, se anunció la edición de un nuevo trabajo de estudio (¡Del que se editaron solo 200 copias!) y la vuelta a los escenarios.  

El disco se llamó Flores, Brillos y Arcoíris (2014)  y contenía una tapa llena de colores que contrastaba con la tremenda depresión que acongojaba al músico al momento de su edición. Los nueve temas del álbum van surfeando sobre estrofas cargadas de tristeza y penas personales con (hasta) ciertos tintes de despedida. 

Si bien la vuelta fue en el marco de la fiesta Eyeliner a principios del último mes de ese año, en un tumultuoso y equivoco show (pero cargado de nerviosismo y simpatía por parte del músico y su Laptop), el retorno oficial fue el 27 de diciembre de 2014, en Niceto Club. 

Ese sábado fue un típico día de verano pero con cierta correntada fría por la noche. Cob el correr de los minutos, empezó a llegar la gente al recinto rockero de Palermo,  estimulada  por alguna publicación de Facebook,  por un boca en boca popero o por leer los pocos flyers que se repartieron para esa fecha. 

Para las 22.30, el público +30 esperaba a Toto para verlo brillar, como tantas veces lo había visto sobre el escenario de Niceto Vega y Humboldt. Acompañado por los ex Adicta Sergio Sotomayor, en batería y Diego Rodriguez, en bajo, y la guitarrista Bárbara Martinez, Adrián Nievas salió a escena con una sonrisa y una timidez que hasta generaba ternura. 

No había maquillajes ni cortes de pelo extraños. Tampoco ropa apretada ni existía alguna pose posible. Era Adrián José Nievas al desnudo.  Con sus rulos naturales,  anteojos grandes bien marcados y una camisa manga corta tan simple como de cualquier hijo de vecino, tratando de batallar con música la depresión que lo tenía a mal traer.

 El show fue un repaso por toda su historia: desde temas de Increíbles Ciudadanos Vivientes (¡”Savia” y “Condenado Anhelo”!), el proyecto pop que tuvo en los ‘90 en su La Plata natal, pasando por Adicta hasta desembocar en su discografía solista oficial, completando la noche con algunos inéditos.

La banda sonó muy prolija más allá de algún pifie común, por el poco tiempo que tuvieron para ensayar. Toto fue recobrando confianza con el correr de los temas y terminó dejando versiones inolvidables de “Seré”, “Su tibio color”, “Tu mal”, “Extraño” y “Suicidio” .

El final fue con la eterna “Nada” (también llamada “Perderlo Todo”, ya que Adicta grabó el tema con ese nombre para el disco Día de la Fiebre, del año 2005), para terminar en un clima de fiesta y con la gente saltando por todo el lugar. Después de saludar al público, el cantante se retiró del escenario mientras el resto de la banda jugaba con sus instrumentos, para delirio de los presentes. 

La respuesta había sido increíble. Todo daba a entender que el 2015 sería para consolidar la “operación regreso” de Ciudadano Toto al circuito rockero.  Sin embargo, el 24 de mayo de ese año, fue encontrado muerto en la casa de su madre, en la ciudad de La Plata, conmocionando a sus fanáticos y a sus ex compañeros de bandas. 

Sus restos también fueron despedidos en la ciudad de las diagonales. Si bien del suicidio, no se dio a conocer mucha información, sí se sabía que el artista tenía algunos problemas económicos, sumado a que su madre tenía varios problemas de salud y esto le generó una depresión que no pudo sobrellevar más. 

Aunque durante los primeros meses de 2015 Toto se presentó en dos oportunidades (una en Cordoba capital y otra en Niceto, de un día para el otro y sin mucha publicidad), la verdadera última fecha fue la de diciembre del 2014. En ella, pudo desplegar toda su discografía, con un público que lo mimó, cantó todas sus canciones y le sacó los miedos que la falta de escenario le había generado. 

Adicta es al pop local lo que Flema es al punk: bandas consideradas “de culto” pero que todos piensan que merecieron más suerte. Entonces, Toto Nievas se convierte automáticamente en el Ricky Espinosa popero: excéntrico pero atractivo, loco pero divino. Su discografía solista hablaba más de él que su propia vida y su muerte sigue siendo una incógnita hasta hoy. Solo existe una conclusión por sacar: quienes no lo hayan visto sobre un escenario, nunca van a saber quién fue ese muchacho llamado Adrián José Nievas.