Toto:
la voz sintética
Dueño de un caudal tan andrógino como particular y
con un legado indiscutible en el under local, Adrián José Nievas o, simplemente
Toto, supo dejar su marca en el rock argentino. Tras un largo parate y mientras
parecía que volvería al ruedo sin inconvenientes, una mañana fría de mayo fue
encontrado muerto en su casa. He aquí una de sus últimas noches arriba del
escenario de Niceto Club, donde supo ser el rey.
Pensar en Toto
es pensar en Adicta. La banda fundada por el cantante, Rudie Martínez
y el ex Los Brujos Fabio Rey Pastrello se convirtió
rápidamente en una de las más significativas de la primera década del siglo XXI
del rock/pop argentino. Tras la partida de Pastrello, el dúo Martínez/Nievas se
afianzó y se convirtió en una hegemonía cultural, que logró una seguidilla de
discos que marcaron la época.
Pero no todo fue
color de rosa: su final fue tan abrupto que hasta alimentó cierto mito. Tal es
así que mientras se empezaban a conocer los primeros temas de un nuevo trabajo
a comienzos de 2012, una pelea interna de Toto con el resto del grupo selló el
repentino fin con dos shows en plena gira interbarrial, por el conurbano
bonaerense. Uno en Ramos Mejía, con Adrián Nievas en voz pero con un clima
hostil con el resto de la banda, y otro en Avellaneda, sin el frontman y con el
público subiendo a cantar los temas.
El silencio de
Ciudadano Toto duró casi dos años. De a poco, empezó a subir vídeos a las
redes sociales con covers, canciones nuevas y hasta grabando en el estudio.
Para fines de 2014, se anunció la edición de un nuevo trabajo de estudio (¡Del
que se editaron solo 200 copias!) y la vuelta a los escenarios.
El disco se llamó Flores, Brillos y
Arcoíris (2014) y contenía una tapa llena de colores que contrastaba
con la tremenda depresión que acongojaba al músico al momento de su edición.
Los nueve temas del álbum van surfeando sobre estrofas cargadas de tristeza y
penas personales con (hasta) ciertos tintes de despedida.
Si bien la vuelta
fue en el marco de la fiesta Eyeliner a principios del último mes de ese año,
en un tumultuoso y equivoco show (pero cargado de nerviosismo y simpatía por
parte del músico y su Laptop), el retorno oficial fue el 27 de diciembre de
2014, en Niceto Club.
Ese sábado fue un
típico día de verano pero con cierta correntada fría por la noche. Cob el
correr de los minutos, empezó a llegar la gente al recinto rockero de Palermo,
estimulada por alguna publicación de Facebook, por un boca en boca
popero o por leer los pocos flyers que se repartieron para esa fecha.
Para las 22.30, el
público +30 esperaba a Toto para verlo brillar, como tantas veces lo había
visto sobre el escenario de Niceto Vega y Humboldt. Acompañado por los ex
Adicta Sergio Sotomayor, en batería y Diego Rodriguez, en bajo, y
la guitarrista Bárbara Martinez, Adrián Nievas salió a escena con una
sonrisa y una timidez que hasta generaba ternura.
No había
maquillajes ni cortes de pelo extraños. Tampoco ropa apretada ni existía alguna
pose posible. Era Adrián José Nievas al desnudo. Con sus rulos naturales,
anteojos grandes bien marcados y una camisa manga corta tan simple como
de cualquier hijo de vecino, tratando de batallar con música la depresión que
lo tenía a mal traer.
El show fue
un repaso por toda su historia: desde temas de Increíbles Ciudadanos
Vivientes (¡”Savia” y “Condenado Anhelo”!), el proyecto pop que tuvo en los
‘90 en su La Plata natal, pasando por Adicta hasta desembocar en su discografía
solista oficial, completando la noche con algunos inéditos.
La banda sonó muy
prolija más allá de algún pifie común, por el poco tiempo que tuvieron para
ensayar. Toto fue recobrando confianza con el correr de los temas y terminó
dejando versiones inolvidables de “Seré”, “Su tibio color”, “Tu mal”, “Extraño”
y “Suicidio” .
El final fue con
la eterna “Nada” (también llamada “Perderlo Todo”, ya que Adicta grabó el tema
con ese nombre para el disco Día de la Fiebre,
del año 2005), para terminar en un clima de fiesta y con la gente saltando por
todo el lugar. Después de saludar al público, el cantante se retiró del
escenario mientras el resto de la banda jugaba con sus instrumentos, para
delirio de los presentes.
La respuesta había
sido increíble. Todo daba a entender que el 2015 sería para consolidar la
“operación regreso” de Ciudadano Toto al circuito rockero. Sin embargo,
el 24 de mayo de ese año, fue encontrado muerto en la casa de su madre, en la
ciudad de La Plata, conmocionando a sus fanáticos y a sus ex compañeros de
bandas.
Sus restos también
fueron despedidos en la ciudad de las diagonales. Si bien del suicidio, no se
dio a conocer mucha información, sí se sabía que el artista tenía algunos
problemas económicos, sumado a que su madre tenía varios problemas de salud y
esto le generó una depresión que no pudo sobrellevar más.
Aunque durante los
primeros meses de 2015 Toto se presentó en dos oportunidades (una en Cordoba
capital y otra en Niceto, de un día para el otro y sin mucha publicidad), la
verdadera última fecha fue la de diciembre del 2014. En ella, pudo desplegar
toda su discografía, con un público que lo mimó, cantó todas sus canciones y le
sacó los miedos que la falta de escenario le había generado.
Adicta es al pop
local lo que Flema es al punk: bandas consideradas “de culto” pero que todos
piensan que merecieron más suerte. Entonces, Toto Nievas se convierte
automáticamente en el Ricky Espinosa popero:
excéntrico pero atractivo, loco pero divino. Su discografía solista hablaba más
de él que su propia vida y su muerte sigue siendo una incógnita hasta hoy. Solo
existe una conclusión por sacar: quienes no lo hayan visto sobre un escenario,
nunca van a saber quién fue ese muchacho llamado Adrián José Nievas.