La pandemia jugó su detestable papel protágonico y pospuso la fecha dos veces hasta quedar sin efectos a mediados del corriente año. Sin embargo (y a pesar de algunas fechas realizadas en varias partes del país) la música tuvo la revancha necesaria para que noviembre despida las melodías de este disco, en la siempre linda Avenida Corrientes.
Cuando lo escuché y hasta cuando lo ví por primera vez, más allá de las recomendaciones, no me llamó la atención. Quizás los prejuicios o el miedo a lo nuevo, me hacían negar uno de los artistas más interesantes de la década que se fue.
En el medio de la psicosis por Covid-19 y ante la negativa de recitales y salidas nocturnas, me puse a escuchar discos de todas las épocas, de todos los estilos. El hasta entonces último disco de Mateo Sujatovich se ganó decenas de reproducciones de YouTube en el laburo, en casa, en donde podía (¡y hasta me puse a buscar sus discos en formato físico pues siempre fiel defensor de este formato!).
Su temática nostálgica, tanguera, la historia de Amor en sus diferentes etapas y la esquina emblemática de la ciudad de Buenos Aires me llevaban a inventar personajes, a relacionar historias, a explayar la imaginación, a viajar entre las melodías y los miles de arreglos que poseían sus canciones.
En nueve canciones, Conociendo Rusia y su Cabildo y Juramento resumió gran parte del sonido del Rock local, lo modernizó e hizo su propio estilo. Es innegable pensar en diferentes bandas o artistas nacionales cuando suenan sus canciones porque uno siente que hay de todos, no importa la década a la cual pertenezcan.
Es imposible obviar la edición del disco a través de YouTube junto a su correspondiente vídeo, donde el artista circula y sufre en la esquina que le da nombre al disco y en sus calles aledañas del barrio porteño de Belgrano, los 36 minutos y 17 segundos que dura el álbum. La conclusión es clara: la imágen es tan importante como las melodías.
Para darle cierre a este humilde escrito, no me voy a olvidar jamás que fue un disco que me acompañó toda esa etapa nefasta del 2020 junto a otro gran disco Las Cosas que Inventás (2019), de Rodrigo Manigot, primer disco solista del cantante de Ella Es Tan Cargosa. Dos discos en los cuales encuentro muchas similitudes más allá de que fueron editados el mismo año y a pesar de la diferencia de edad entre ambos músicos, en lo musical y hasta el arte de tapa ambos LPs poseen poesía y arrabal made in siglo XXI.
De ahora en más, Cabildo y Juramento es uno de los discos cabecera de mi discografía a recomendar.
=)