Después
de 12 años, Cemento reabrió sus puertas para el público rockero por
única vez para la avant premiere del documental que cuenta su historia,
dirigido por Lisandro Carcavallo. Debido a la gran cantidad de gente que
quiso estar presente, la película fue proyectada dos veces.
La mañana del 26 de abril de 2017 ya había empezado con olor a Cemento:
miles de personas se habían acercado al Recoleta Mall para retirar una
entrada gratuita de lo que sería la presentación oficial en el mítico
boliche rocker. En poco más de 10 minutos, las entradas se agotaron. De
todas maneras, salvados aquellos que se quedaron largo rato esperando
ese remanente que les devolvió la sonrisa.
“Che boludo, ¿no venís a Cemento hoy?”, le dice por teléfono
un flaco a un amigo vía celular. Estados Unidos al 1200 se encontraba
cortada, y más precisamente al 1234, la fiesta, la alegría y la
nostalgia decían presente otra vez cuando cientas de personas entraban a
ver la película, y otras tantas, se juntaban a tomar algo contemplando
el ex recinto rockero.
Las funciones se atrasaron un poco (tal es así, que la segunda
programada a las 22.30 horas, fue proyectada una hora después) pero, ¿a
quién le importaba? Más allá del frío adentro y fuera del lugar, la idea
era ver cómo estaban las cosas hoy, en lo que es un estacionamiento que
le pertenece al estado porteño. Las famosas gradas y ese cubo
particular de cemento concreto ya fueron demolidos, pero detrás de la
pantalla dónde fue proyectado el film, se podía divisar la parte de
atrás del viejo escenario y algunas paredes escrachadas con pintadas de
aquellas bandas que lo visitaban cada fin de semana.
El ambiente era más bien festivo y la gente estaba muy eufórica:
improvisaba cantitos, gritaban por la vuelta del lugar y la espera por
la película se hacía, parecía, eterna. Luego de que el director Lisandro Carcavallo la presentara, Edu Schmidt, el ex Árbol,
se paró con su guitarra criolla frente a todos a cantar “Cemento”, un
tango en el que cuenta la suerte que sufrió el lugar y la añoranza por
esos años dorados.
El documental empieza contando cómo, después del Café Einstein, el sueño de libertad y expresión post dictadura de Omar Chabán y Katja Alemann,
derivó en la construcción del boliche que ellos mismos imaginaron y, en
el cual, invirtieron mucho dinero. Incluso se podían ver imágenes
inéditas de ellos mismos haciendo performances mientras los obreros
trabajaban.
Por otro lado, cuenta las primeras presentaciones de la Organización Negra, ese grupo de experimentación teatral, germen de Fuerza Bruta y De La Guarda.
Asimismo, también hace hincapié en que si bien a Chabán no le gustaba
el Rock, entendió que para que el lugar subsista, tenían que tocar
bandas ya que el boliche no funcionaba como él imaginaba.
Imágenes inéditas de Sumo, Patricio Reyy Sus Redonditos de Ricota en los ochenta, y de Flema, Los Violadores, Attaque 77, Hermética, Almafuerte, en los noventa se entrelazaban entre las decenas de entrevistas que el director realizó: desde Pil Trafa, el Mosca, Fernando Rossi, Walas, Gabriel Guerrisi y Ciro Pertusi, pasando por Raúl Villareal (mano derecha de Chabán en Cemento), el poeta Fernando Noy, el productor Alejandro Taranto y los periodistas Mario Pergolini yJuan Di Natale.
La lista de testimonios continúa y parece no tener fin. Pasan Lee Chi (ex Los Brujos), el Cabra de Las Manos de Filippi y Sarcófago (ex Ratones Paranoicos), para terminar con el Indio Solari (sí, el mismo en persona), Ricardo Iorio, Chizzo, Tete y Tanque, de La Renga, Ricardo Mollo, y hasta Juliana Gattas y Ale Sergi, de Miranda!,
entre muchos más. Para todos los gustos, de todas las épocas, pero
todos coincidiendo en dos cosas: el valor de la palabra (todos los
contratos se cerraban de esa manera) y el constante apoyo de Omar a las bandas que recién empezaban. Cosa maravillosa, cosa de no creer para los tiempos que se viven hoy.
Las anédoctas de Félix Gutierrez, de Todos Tus Muertos, se robaron las risas a carcajadas, mientras que los momentos más emotivos fueron protagonziados por Fernando Ruíz Díaz, el líder de Catupecu Machu, y Edu Schmidt. El primero, jura que con su hermano Gabriel,
fueron muy felices en Cemento, con unos ojos cristalizados perdidos en
los recuerdos de su juventud. El segundo, cuando le preguntan qué
representó el boliche de Estados Unidos al 1200 en su vida, se hace un
silencio doloroso y los ojos estallados de lágrimas, contestan la
pregunta. Muchos que estaban ahí, se encontraban en la misma situación.
El Ruso Verea, los integrantes de LaVela Puerca, Bobby Flores y Ricardo Mollo
son los que más duro le pegaron al maltrato que sufrió Cemento post
Cromañon. Todos hablan de la degradación cultural de los últimos años y
sobre todo, de esa facilidad argenta de tratar de borrar todo lo que
alguna vez hizo feliz a otro. Mientras que la ex Much Music y Rock &
Pop, Carla Ritrovato definió a la discoteca como un
lugar de esos que ya no existen más, y aseguró, para darle un final
redondo, que el público de Rock de hoy se divide entre los que
estuvieron y los que no. Es decir que aquellos que no llegaron a
pisarlo, nunca van a entender lo que realmente fue.
Los aplausos estallaron, las luces se prendieron y el final
ya era un hecho. Poco más de 90 minutos para un laburo muy bien logrado
que rescata gran parte de la historia del Rock local. Mientras el frío
helaba la sangre y varios curiosos se fueron adelante a sacarse fotos
con las paredes originales del eterno Cemento, la imagen de la noche se
la llevaba un tipo que, entre lágrimas y sollozos, guardaba un recuerdo
recién arrancado en una mano, mientras que con la otra acariciaba el
piso del lugar. Cemento no es historia: vive en todos los que lo quieran
recordar.
La
salida de Repuesto de Fe, flamante álbum grabado en el teatro Colón,
generó una conferencia de prensa, donde la banda dejó en claro qué los
diferencia del resto.
El frio congelaba los huesos, el Mercado de Pulgas de la ciudad
concentraba curiosos, como todos los días, y en la puerta del teatro
Regio, decenas de personas esperaban que empiece la función de “El
Relojero”. A pasitos, Babasónicos se encontraba realizando una conferencia, debido a la salida de RepuestodeFe, el CD/DVD que sintetiza el show realizado en el TeatroColón, el pasado 14 de noviembre.
Entre chistes y risas, el guitarrista MarianoRoger rompió
el hielo explicando que no se trata de un disco repleto de éxitos,
sino, más bien son perlitas dentro de su discografía. “La mayoría de temas que elegimos no están en el álbum que grabamos en México: serían como los outtakes de Impuesto de Fe”, aseguró el cantante AdriánDárgelos,
quien además confesó que, dentro de la selección de canciones, están
sus favoritas a la hora de cantar. Por otro lado, los músicos
manifestaron que fueron súper detallistas a la hora de la post
producción, ya que utilizaron instrumentos que son más sensibles en
comparación a los del rock.
El nuevo trabajo sónico comienza como en el Colón: una nueva versión de “Posesión del Tercer Tipo”, de su segundo álbum, TranceZomba. Para algunos fanáticos, debido a sus estrofas, arrancar con ella fue una provocación directa a DaríoLopérfido,
director del teatro en aquel entonces, y con el cual tuvieron un
entredicho. Pero, desligándose de toda polémica, Dargelos contó que el
disco inicia así porque no le agradaba que sea con “El Colmo”.
“Nos gusta lo que venimos haciendo. Hoy el desafío más grande y
más difícil que tenemos es hacer un tema nuevo ante la gente. Uno no
sabe si le va a gustar o no, y es algo que ronda en la mente del artista
todo el tiempo”, asumió un Dárgelos sincero, cuando le consultaron
cómo llevaban adelante tantas giras en teatros de todo el país y
Latinoamérica y cuáles eran sus próximas metas.
En tanto, sobre la presentación que realizarán en la ciudad de La
Plata, el próximo 25 de junio, en el cierre del festival Provincia
Emergente, confirmaron que harán el mismo show que vienen haciendo a lo
largo de toda esta gira y, dejando más que en claro, que la idea de que
sea gratis es para que todo el mundo tenga la oportunidad de verlos en
este formato, diferente al habitual.
Tras media hora de preguntas y respuestas, la banda salió de la
habitación con sonrisas, sabiendo que nuevamente lograron llamar la
atención de todos. Será porque el disco que está en las calles está
grabado en uno de los mejores teatros del mundo y tiene un sonido
espectacular. O porque fue uno de sus shows más. Pero lo que hay que
destacar es que esa arrogancia eterna que tienen los hace protagonistas
en la escena rocker local. Babasónicos está en boca de todos y siempre
da que hablar.
Hace
15 años, fallecía Manuel Ricardo Espinosa -Ricky-, el inolvidable
cantante de Flema. Ese que con sus canciones, ideales y una vida al
límite, dejaría marcada a fuego la escena Punk Rock local. En este
informe de Revista El Bondi, Ray Fajardo, Juan Pablo Duarte, Fernando
Rossi y Sebastián Duarte nos cuentan la vida de Ricky desde sus
distintas visiones y anécdotas.
Ese chico belicoso del barrio bonaerense de Gerli, con un prontuario
lleno de desmanes y varios líos a cuestas, supo ganarse un lugar en el
corazón de aquellos protagonistas diarios de los barrios bajos. Supo
ganarse su corona y el respeto de todos en el under local. Ricky ya no
está, pero su legado es inmenso. Por esa razón, Ray Fajardo, quién grabó con él “Punk”, la última canción que cantó como invitado de la banda El Otro Yo; Juan Pablo Duarte, director del documental que lo homenajea; Sebastián Duarte, autor de “El Último Punk” -libro biográfico de Ricky-; y Fernando Rossi, compañero de grupo en Flema y amigo personal, se unen en estas líneas para mantenerlo más vivo que nunca.
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Ray Fajardo: “Había algo extraordinario en él: lo genuino y espontáneo de su personalidad”
-"Después de la gran repercusión que tuvo el disco Abrecaminos para El Otro Yo, para la grabación de Colmena
ya se habían juntado un puñado de canciones. Las veníamos desarrollando
y terminando de componer en varios formatos, desde eléctricos hasta
todos con acústicas. En distintas pruebas de sonido, realizamos un demo
en nuestra sala de ensayo para escucharlo e ir definiendo las canciones
que integrarían el nuevo disco, antes de salir a una de las extensas
giras que nos llevaban por todo el país. A su vez, a ese mismo material
se lo alcanzamos a Diego Vainer (productor artístico de Abrecaminos), para que trabaje nuevamente con nosotros. La idea era hacer la grabación de bases en un buen estudio, ya que Abrecaminos fue totalmente grabado en la sala de ensayo, llevando el concepto que utilizamos para el disco Mundo más
allá, pero con las limitaciones lógicas técnicas, que a esa altura
empezaban a ser un impedimento para seguir avanzando y creciendo disco a
disco".
-"Desde hacía mucho tiempo, Ricky
venía a los shows, se subía a tocar con nosotros y recuerdo que le
encantaba nuestra canción “Alegría”. Dentro de los temas que teníamos
para grabar estaba "Punk", que describe directamente la satisfacción de
hacer música con amigos, sin más razón, que pasarla bien. Situación que Ricky
encarnaba mejor que ninguno, con su cercanía y espontaneidad. Cuando
escuchó la canción, le encantó, y creo que fue él quien dijo de querer
grabarla y cantarla para el disco. La sesión de grabación, más allá de
lo que cualquiera pueda imaginar, fue de un verdadero profesional con
años de oficio, repitiendo la toma reiteradas veces, escuchándola,
corrigiendo su interpretación hasta que el mismo estuvo contento con el
resultado. Hasta el fin seguía sorprendiéndonos".
-"Con Ricky teníamos una
admiración mutua, y compartíamos mucho hablar de filosofía, experiencias
personales y divertirnos con un sentido del humor totalmente irónico,
algo que compartíamos y se convertía en una especie de juego de rapidéz
mental, en respuestas que iban subiendo de escala y tenor hasta que la
explosiva carcajada de Ricky la daba por terminada".
-"Había algo extraordinario en él (y
que, generalmente, me cautiva y no sólo en un artista): lo genuino y
espontáneo de su personalidad. Siempre relacioné el Punk como género con
esa idea, ni más ni menos, que ser libre y permitirse ser uno mismo
frente a todo".
-"Si tuviera que elegir un disco de toda su
discografía, siento que me quedo con el “Caretofobia II”, autografiado
por él, con la leyenda: “Ray, see you in hell, Ricky Espinosa – 18/10/2001”. Esa imagen vale más que mil palabras".
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Juan Pablo Duarte: “Sin la aprobación de los padres, nunca hubiera llevado a cabo el documental”
-"Motivado por cierta experiencia poseída por algunos trabajos que
había realizado en programas de televisión, y que me dio conocimientos a
la hora de manejar las cámaras, nació la idea realizar un documental
sobre Ricky. Después de su muerte, vi como pasaban los
años y nadie había hecho nada sobre su historia. Me cruzaba con mucha
gente que me decía lo genial que le resultaba Flema y
que les hubiese encantado verlos en vivo. Ese fue el puntapié inicial
para realizar este trabajo: que aquella gente que no tuvo la oportunidad
de ver a Flema, con Ricky Espinosa al
mando, ya sea por una cuestión generacional o lo que fuera, tenga un
material en donde se explicara quién fue este referente del Punk Rock
local".
-"Yo era seguidor de Ricky. Era fanático de todos los proyectos que él realizaba, y tuve la suerte de compartir escenario con Flema, en Cemento, con una banda under en la que tocaba. Soy oriundo de Cañuelas y me iba a Capital, o a sus alrededores, a ver a Flema.
Soy de los que veíamos a la banda a las 6 de la mañana y nos volvíamos a
la casa un domingo a las 10. ¡Había que bancarse esos fríos helados en
invierno, eh!"
-"El trabajo lo fui llevando desde el lado del admirador, así que
tenía en mi cabeza a aquellas personas con las que él se relacionaba. De
esa manera, me puse en contacto con Huguito Irisarri y Diego Piazza, de Doble Fuerza, que luego me contactaron con el resto de los chicos de Flema, y de ahí contacté a Chary, de Loquero, a Julián Ibarrolaza, de Embajada Boliviana, y así fui relacionando a todos los que aparecen en el film".
-"El primer gran paso para llevar a cabo el proyecto fue
contactar a los padres de Ricky: sin su aprobación, no lo hubiese
llevado a cabo. Cuando tuve el OK de ellos, me puse a contactar a Meche,
el gran amor de Ricky. Me interesaba saber sus palabras ya que tenía
una cercanía muy especial con él. Ella me ayudó bastante y aportó
muchísimo material para el documental, tanto como fanáticos que
aportaron vídeos sin pedir nada cambio".
-"Julían Ibarrolaza propuso hacer su propia versión
de “Todos los días son hoy” para que apareciera en la filmación. Es más,
él se hizo cargo de los gastos de grabación, y a mí me hizo muy feliz
incluirlo en el trabajo final. Mismo el reportaje a él es muy bueno, ya
que es una persona muy inteligente y que sabe hablar muy bien".
-"Un testimonio que me emocionó mucho fue el de su papá, Orlando. Más
allá de hablar en algún recital, o alguna entrevista por teléfono,
nunca había hablado frente a una cámara. Él confió mucho en mí, con
apenas conocerme, y eso me dio una gran satisfacción. Quién mejor para
hablar de Ricky que su propia familia."
"Recuerdo mucho la noche del homenaje a Ricky
porque fue muy fuerte. Yo curtía mucho el ambiente Punk, y fue una de
las noches que más lleno vi Cemento, junto con la del homenaje a Joey Ramone.
Me acuerdo de la música sonando, de que vendían “5 de Copas” en la
barra y que la lista fue eterna: ¡Tocaron como 60 temas! Algunos de esos
están grabados en el álbum en vivo de esa noche. En ese show estaba la
gente que lo quería a Ricky, y que mejor que gente así para un mejor homenaje".
-"Me parece muy bien que Flema siga tocando. Hay
mucha gente que se equivoca y piensa: “Flema era Ricky”. No. Él era un
integrante más. Seguramente era el que más componía, el que más llamaba
la atención, pero no dejaba de ser una banda. Su proyecto solista era
“Vida Espinosa”, lo cual se refleja claro porque no hay nadie que lucre
con esa obra porque era exclusivamente de él. Él participaba de Flema,
de Flemita, y en esos grupos había otros músicos, que si quieren seguir
tocando, me parece perfecto".
-"El disco que mejor habla de Ricky es “Vida
Espinosa”. Él mismo dijo en una entrevista que se trataba de un disco
conceptual, en el que empezaba hablando de la vida y terminaba hablando
de la muerte. Prácticamente, el álbum es el desarrollo de su vida. Tanto
en lo musical por sus arreglos como en las composiciones, es un
discazo. Y por demás está decir que es también mi disco favorito".
-"Siento que si bien Cromañón cambió mucho las cosas, ya sin Ricky
también habían empezado a cambiar. Así como cerraron un montón de
lugares por cuestiones de seguridad post tragedia, ya no existen tipos
como Ricardo que llamaban a las bandas para invitarlos a tocar a las
fechas que tenía con Flema. Hoy, ya no hay nadie que
haga eso de darle espacio y publicidad a tu banda para que toques, y así
fueran bandas chicas o un poco más grandes, esto generaba una unión
entre los músicos. Esto les servía a todos y ya no se ve más. Se terminó
yendo junto con Ricky".
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Sebastián Duarte: “No quería que su vida pase inadvertida, ni
que las nuevas generaciones no sepan quién fue: Ricky supo ser la voz
de los sin voz”
-"Conocía a Flema porque soy oriundo de Avellaneda, y ya eran referentes en nuestro barrio. Sabía por mi amigo Pepe Frula que, Ricky,
iba a nuestra secundaria, pero a la tarde, y recuerdo algunos shows de
la primera época. Pero, personalmente, conocí a los músicos a fines de
los ochentas, ya que ensayaban en la casa del padre de otro amigo, en el
barrio de Sarandí. En ese primer encuentro, lo recuerdo a Ricardo con
una botella de whisky bajo el brazo, y colgándose de un limonero que
tenía esa casa vieja, para echarle jugo de limón a la bebida blanca y
que no sea tan áspero el sabor de sus tragos. Además, tenía un aerosol
rojo con el que escribió en una pared blanca, la leyenda: “Flema
Shit-Core”. ¡Estaba inventando un género que no existía!"
-"En los noventa, retomé contacto con Ricky cuando
supe que se había puesto de novio con Mercedes, una amiga mía que fue,
sin dudas, el gran amor de su vida, más allá de sus historias
paralelas".
-"Cuando falleció, me pregunté: “¿Y ahora quién se va a
acordar de Ricky?” No quería que su vida pase inadvertida, ni que las
nuevas generaciones no sepan quién fue, porque Ricky supo ser la voz de
los sin voz. Pese a pensar, inicialmente, que el libro iba a ser un
fracaso, lo escribí porque sentí esa necesidad de que quedara un
registro físico de su historia. Contar desde sus comienzos con la banda,
y su arte independiente hasta sus escándalos callejeros y sus anécdotas
en su barrio, donde tan famoso era. Ahora mucha gente lo escucha, pero
Flema no era un grupo tan famoso en su momento. Si bien tuvo su pico
alto en los noventa, cuando telonearon a los Ramones, siempre fueron una
banda de Cemento".
-"El libro se nutre en base a entrevistas, lisa y llanamente. No hay
filtros, ni intenciones de gustar, lastimar, ni ofender a nadie. Están
tal cual lo relataron sus entrevistados. Personalmente, la entrevista
más rica es la que me ofreció Cacho, su remisero personal. Yo sabía de
su existencia porque cada vez que pasaba a buscar a su novia, que
trabajaba en un programa conmigo en un canal de Lanús, lo hacía con este
señor arriba de un Ford Sierra celeste. Ricky usaba este remis porque había quedado algo sensible después del incidente que protagonizó con un taxista en la puerta de SADAIC,
y que lo llevó a un juicio que casi lo deja preso. Su relación con el
chofer (como casi siempre pasa) era terapéutica, y sabía muchas cosas
íntimas de su vida personal".
-"De ese 30 de mayo de 2002, los artistas que entrevisté no podían
decirme bien el por qué del causal de su fallecimiento. Ellos me
contaban que él estaba bien porque habían terminado de grabar el disco
“5 de Copas”, que estaban de caravana, y que Ricky había estado tomando
por más de 24 horas, alcohol fino, el cuál rebajaba con jugo Tang. Yo
sé que él estaba mal con su novia, y ese tema era crucial en su vida. Él
se ponía muy mal y se bajoneaba mucho cuando se peleaba Meche. Él la
amaba mucho, el tema era que eran muy distintos. Si bien ella sentía
atracciones por el Rock y un tanto por el vértigo, ella no era del palo
de Ricky".
-"Él ya había tenido intentos de suicidio. Por lo menos, tres que
datan de la década del noventa. En mi opinión personal, yo creo que esa
idea ya venía rondando nuevamente por su cabeza. Y otro dato que siempre
recuerdo, es que en una entrevista que le hice en el año 2000, él me
confesó que no quería llegar a viejo. No por la imagen del viejo, sino
por el sistema mismo, ya que era muy existencialista. Le molestaba como
era el sistema y tranzar con él: casarse, formar una familia. Si bien él
tuvo un hijo, fue accidentalmente, y recién se relacionó a los seis
años, acompañado en ese primer encuentro por un íntimo amigo de barrio,
al que apodaban “El Mono”. Si bien no lo quería ver en un principio, se
entusiasmó mucho con el tema, y hasta llegó a comprarle un monopatín al
nene".
-"La vuelta de Flema me parece que los músicos son
los que tienen que considerar si está bien o está mal. Es algo muy
personal seguir con una banda a la que se le fue un referente tan
fuerte. Recuerdo que Fernando Rossi me dijo, cuando
presenté la primera edición del libro, que él había anunciado que la
banda se había terminado. Mucha gente lo tomó muy en serio, y por esa
razón, sé que les costó mucho seguir en esta nueva etapa porque cierta
parte del público no estaba de acuerdo, porque para ellos, Flema era Ricky Espinosa".
-"De toda la discografía que grabó Ricky, me gusta
mucho “Si el placer es un pecado, bienvenidos al infierno”, que
casualmente es el disco que los hizo más conocidos. Pero el que más me
gusta es su disco personal, “Vida Espinosa”. Fue el que más usé a la
hora de escribir el libro. Lo estudié mucho: sus letras, las historias
que contaba. Lo desmenucé a tal punto que fue el pilar fundamental para
escribir su biografía. Fue una especie de catarsis en su vida y es el
que mejor lo define".
-"La forma en la cual encaré el libro de su historia es para que vean
su vida misma, su día a día. No es bello, ni para que los lectores se
pongan alegres ni contentos: es la vida de un músico que vivió siempre
al límite, con muchos extremos internos. Él mismo me lo dijo una vez, en
un reportaje, para la revista Cerdos & Peces: “Todos los muertos
son buenos”. Eso pasó con él también. Se mitificó porque la muerte
embellece al artista. Como pasó con Jim Morrison y Sid Vicious, personajes que Ricky admiraba".
-"Yo siento que, de alguna manera, fue pionero de lo que después se llamó Rock barrial. Él, junto a 2 Minutos,
contaban historias de la calle, del conurbano. Tan grande es su
influencia que con los años, hay una rama del punk local que se llama
“Punk Espinosa”. Al libro que realicé le puse de nombre “El Último Punk”
porque siento que es el último que sintetizó el anarco-punk. Ricky,
más allá de los problemas que tenía con los excesos, era un pibe con
ideales. Su descontrol y sus desmanes solo eran la forma de expresar el
dolor interno que sentía. Lo que más resalto de él es que tuvo la virtud
de pelear por sus sueños y sus ideales: batalló muchísimo con su banda,
y hasta llegó a telonear a uno de los referentes más grandes, como
fueron The Ramones. Tuvo la oportunidad de firmar con
sellos multinacionales y jamás torció la muñeca para rubricar una firma.
El tenía sus pensamientos y no los iba a cambiar por nada, por eso, a
pesar de no tener una cresta, Ricky fue un auténtico Punk".
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Fernando Rossi: “Ricky está en la lista de las tres personas que me faltan”
-"Mi llegada a Flema ocurrió en 1989. Ya se había separado la primera formación de la banda, que es la que participa en el disco Invasión 88, y la hora de rearmar el grupo, por una recomendación de mi hermano Santiago (ya que yo había comenzado a tocar el bajo), Ricky me llamó. A diferencia de estos tiempos, antes se tocaba muy poco pero tuve mi debut en un show en Lanús, al año siguiente. A Ricky
lo conocía del barrio y además, era amigo de mi hermano. Más allá de la
diferencia de edad que existía entre nosotros, escuchábamos lo mismo y
con el tiempo terminamos siendo amigos".
-"De la etapa de Flema, con Ricardo, resaltó tres grandes shows que pondría en un podio: el primero, cuando teloneamos a los Ramones,
en Obras. Ese día estábamos abriendo el show al mayor exponente del
género Punk en esos tiempos, y me animo a decir que hoy en día, lo
siguen siendo. También nos volvía loco el lugar ya que Obras tenía
historia propia dentro del Rock local. Y lo que más nos flashó, fue que a
pesar de no ser el plato fuerte de la noche, la respuesta de la gente
fue increíble. El 70 u 80 por ciento del estadio se sabía nuestras
canciones y fue un impulso tremendo en nuestra carrera.
-"El segundo, cuando nos presentamos en el estadio de Colo Colo, en
Chile. Era la primera vez que viajábamos en avión y que salíamos del
país. Estuvimos tres días en el país vecino, lo recorrimos, la pasamos
muy bien, y a la hora de tocar había más de 7 mil personas el lugar, y
el show fue alucinante. El tercero, los 15 años de Flema
en Cemento. Si bien era un lugar donde tocábamos siempre, para esa
fecha estaba rebalsado el lugar. Metimos más de 2000 personas, y hasta
había gente en los pasillos. Estos recitales están grabados enteros, y
cada tanto los revivo en VHS".
-"La grabación de “5 de Copas” fue bastante normal. El disco se dio
bastante rápido, dado que las primeras tomas de los instrumentos fueron
las que quedaron, y al 90 por ciento de las voces, Ricky
ya las había grabado. Pero al pasar lo que pasó, se tuvo que terminar
el álbum con él ya fallecido y en un clima cargado de tristeza y
angustia. No queríamos dejar el disco por la mitad. No por una cuestión
de apuro de editarlo o no, sino de cumplir con el deseo de Ricky
que tenía muchas ganas que saliera. Fue una manera de cumplir con eso.
Quizás, viéndolo con el paso del tiempo, uno hubiese esperado un tiempo
más para editarlo, ya que nosotros en menos de 15 días después de que
se nos fue, ya teníamos el disco terminado. En ese momento, nos salió
así. El disco estuvo listo para el día que le hicimos el homenaje en
Cemento".
-"El día del homenaje recuerdo que estaba repleto y no entraba un
alfiler. La organización fue bastante caótica porque participaron muchos
amigos, muchos músicos emblemáticos de la escena Punk Rock de acá.
Ensayamos ese recital mientras terminábamos “5 de Copas”, y era muy
difícil en el estado en el que estábamos, pensar que canción iba con
cada músico, y cosas por el estilo. Además, era el fin de esa etapa de Flema.
En ese momento, habíamos decidido no volver a tocar. No era lo mismo
estar presentando un disco, o festejando algún aniversario de la banda,
encarar ese show fue difícil porque estábamos armándolo por el
fallecimiento de un amigo. Recuerdo que el recital salió muy bien con
una lista muy larga y que terminó muy tarde. Fue un show que no pude
disfrutar, pero siento que le dimos una buena despedida al negro".
-"La vuelta de Flema se dio en 2007. Nosotros no
seguimos con la banda en su momento, no porque sintiéramos que no
podíamos hacerlo, sino porque necesitábamos hacer nuestro duelo. Ya
habían pasado cinco años de la muerte de Ricky, y se dio que la banda ese año cumplía 20 años. La vuelta coincidió con una visita al país de Pepe Carballo (baterista de Flema),
que estaba radicado en Madrid. Cuando llegó, nos juntamos, hicimos una
zapada con otros chicos de la banda, y se nos ocurrió darle otro cierre
al grupo, un show más. Pero con otro clima. Fue otro de los shows más
convocantes en historia de la banda. Después, ese recital tuvo tanta
repercusión que nos empezaron a llamar de distintos lugares para tocar.
Ahí nos volvimos a juntar todos a charlar, y decidimos seguir con la
banda para adelante".
-"Cuando uno tiene una actividad semipública, como lo es ser músico,
uno se tiene que bancar lo que venga. Así como hay gente que se me
acerca y me dice: “¡Capo! ¡Qué bueno que siguen tocando! ¡Aguante
Flema!”, hay otros que son, quizás, más fundamentalistas y creen que es
una falta de respeto a Ricardo que sigamos tocando. Yo creo que todo el
mundo tiene derecho a criticar lo que le parezca. Me jode cuando te
faltan el respeto, pero yo acepto cualquier crítica. También entiendo
que por las redes sociales hoy cualquiera te pone “Puto”, “Ladrón”, o lo
que sea, y quizás ni sabe lo que realmente uno hizo por el grupo, o
cuánto dinero puede llevarse el músico que toca en Flema,
para creer que uno lo hace por la plata. En parte, siento que no saben
la historia del grupo, que existió otra formación previa a la llegada de
Ricky; son ,tal vez, más fans de Ricardo, y nos les
interesa analizar lo que estamos haciendo hoy: si es malo o bueno, o si
tiene calidad o no. Pero son las reglas del juego. Critican a los Rolling Stones, a los Beatles…¿No van a criticar a Flema?"
-"Con la familia de Ricky tenemos contacto hoy en
día. A Lucas, su hijo, lo vemos bastante seguido porque vive muy cerca
de nuestra sala. Siempre que se acerca, lo aconsejamos, tanto en lo
personal como en lo musical. Que toque Punk Rock, Heavy Metal, siempre
me va a caer mejor que si tocara cumbia (risas). Le deseo lo mejor y
ojalá que pueda hacer una gran carrera. Si alguien tiene el derecho a
realizar un homenaje a Ricky y cantar sus canciones,
sin dudas es él. Con Orlando y Sofía, hoy en día ya casi no hablamos.
Están muy grandes, y en lo personal, tomé cierta distancia por una
cuestión privada. Cuando sucedió lo de Ricardo, los apoyamos y ayudamos
mucho".
-"El disco que más refleja a Ricardo es “Vida Espinosa”. Es su
esencia sin aportes externos de otros compositores. Su disco solista es
muy intimista, y sus letras están escritas de una manera muy similar y
particular. A mi gusto personal, de la etapa de Ricardo, me fascina “El
Exceso” , que es todo lo contrario a sus disco solista: existen
influencias de mi hermano, de Pepe Carballo, mías. Si ponés los dos discos, son el agua y el aceite. Si le sacás la voz, dirías que son dos bandas diferentes".
-"Lo extraño mucho a Ricky. Así no estuviésemos tocando
juntos, quisiera que este acá conmigo. Era mi amigo. Él está en la lista
de las tres personas que me faltan. Si bien tengo otros amigos, Ricky,
mi hermano Santiago y Charly (otro amigo), son pibes que partieron antes
de tiempo y a los que siempre necesito".
"Nuestro segundo regreso fue más difícil que el primero"
La banda platense de punk rock, que está cumpliendo sus bodas de plata, sigue más vigente que nunca.
A principios del 2000, cuando pararon de tocar, las anécdotas de sus
recitales, el fervor de su pequeño pero seguidor público y las decenas
de canciones que dejaron, hicieron crecer la leyenda de Embajada Boliviana.
Allá por 2010, la banda punk platense de pura estirpe ramonera hizo su
tan ansiado regreso y, a la vez, sufrió uno de sus golpes más duros. A
pesar de las adversidades, su cantante, Julián Ibarrolaza, cuenta como la pasión, el amor y la amistad pueden contra todo.
-¿Cómo vive Embajada Boliviana sus 25 años de vida?
-¡Muy bien! Felices por estar, seguir y sobrevivir en el ambiente,
aportando nuevas ideas y generando canciones para nuestros fanáticos.
Además, continuamos haciendo algunos recitales al año, con dos formatos
distintos dentro del show y músicos invitados.
-¿Qué sintieron la primera vez volvieron, en 2010? ¿Cómo vivieron ese mito que se había construido alrededor de la banda?
-La gira “Sensaciones Encontradas”, que realizamos aquel año, nos
tomó por sorpresa, porque casi no nos dimos cuenta de lo que pasó. Salvo
en los momentos de los shows, nunca nos percatamos de lo que había
ocurrido con nosotros, y de lo que se había generado. Fue una
experiencia en la cual nos divertimos y nos emocionamos mucho a la vez.
-También en ese año, te declararon un grave problema auditivo. ¿Cómo fue seguir? ¿Pensaron en disolver el proyecto?
-Fue una idea que pensamos. De hecho, lo hicimos durante cuatro años,
hasta que volvimos en el 2014. Nunca imaginamos nuestro segundo regreso
porque era más difícil y menos probable que el primero. Lo que estaba
en juego eran cambios mucho más importantes, desde lo artístico y lo
humano, hasta los costos económicos de una nueva etapa. Fueron muchas
cuestiones que nos planteamos antes de seguir.
-¿Cómo nació la idea de hacer un formato acústico y otro eléctrico en un mismo show?
-Esta posibilidad se empezó a barajar dado que era la única manera en
la que yo podía tocar. Los chicos de la banda no quisieron seguir
haciendo música con Embajada solos, por lo cual, estaré siempre
agradecido y emocionado.
-¿Cómo fue la grabación de Las Mejores Canciones del Mundo (2016), el último disco de la banda?
-¡Es el mejor disco que hice e hicimos hasta ahora! En ese álbum,
todos estamos bien: nadie sufre tanto, nadie muere en sus canciones, o
más bien, todos lo hacemos. Es un trabajo en grupo que costó muchísimo
llevar a cabo. Hay algunas cosas que no se pueden explicar, pero es un
disco agradable, que suena excelente, que está muy bien cantado y
tocado. No tiene interferencias ni ruidos, es bien prolijo y ¡encima
es doble! Incluye las mejores poesías de la banda, su mejor momento, su
reencuentro y su vuelta a la vida. Es luz e iluminación para todos
nosotros.
-¿Qué crees que le aporta Juan, hermano de Cabeza (bajista), en la voz cuando le toca participar de la parte eléctrica?
-Él es un vocalista especial, que canta cuando no está. Igual que yo,
pero al revés. Es muy valiente, sensible y apasionado, y es fan de Embajada. Lo quiero y lo admiro mucho.
-Hoy en día, ¿cómo vivís los shows?
-Se me complica cantar en vivo, mucho más que en el estudio. Por eso,
cuando voy a tocar, generalmente llego sobre la hora, o estoy esperando
escondido, ya sea un auto, un estacionamiento, un baño, o en una
habitación de hotel, en el mejor de los casos, tratando de no ser
alcanzado por los volúmenes fuertes.
-¿Tienen pensado publicar algo por su primer cuarto de siglo?
-Si bien reeditamos nuestro disco Soñando Locuras (2000) en
formato vinilo, no somos muy organizados para producir cosas
esperables. Por esa razón, cumplimos 25 años y no hay DVD o algo
parecido. Cálculo que, para celebrar, haremos un asado y tomaremos un
poco de vino.
-Cambiando de tema, tu discografía personal está bien nutrida.-Tengo grabados cuatro álbumes, El juego de las Lágrimas (2003), Volar no es lo que soñaste (2007), El Fin del Amor (2012) y Algunos días sin música (2013). Además, hay uno nuevo que está por salir en estas semanas, Los Muertos en el Placard.
Si bien todos me gustan, este último representa mi presente como ningún
otro. Por otro lado, estoy grabando dos discos más, que todavía no
tienen nombre, pero uno es en formato eléctrico y otro acústico. También
habrá uno nuevo de Embajada, que será producido por mi hermano "Toto" (Lisandro Ibarrolaza), y terminaremos de grabar el año que viene.
-¿Sos muy meticuloso a la hora de componer?
-Hacer canciones es un hábito, una necesidad y una manera de
distraerme de la muerte. Además, es una práctica necesaria e ineludible,
aunque todavía no sé por qué. También es un uso del tiempo filosófico:
crear un tema es parte de vivir por eso. No me entretienen demasiado los
pasatiempos contemporáneos, como Internet o los videojuegos. No usé un
celular y espero nunca tener que necesitarlo. No me gustan los teléfonos
que no están anclados en las casas donde uno vive. Por esa razón, me
fascinan los de línea, y no los móviles. No me agrada estar ubicable
todo el tiempo y en cada momento. Los que me conocen saben dónde voy a
estar. No me gusta perder mi libertad, ni tampoco la dependencia. Si
bien no estoy en contra del progreso, me gusta ir en contra de lo que se
usa.
*Viernes 23 en Groove, Santa Fe 4389. Junto a Shaila y Bulldog. A partir de las 23.
El amor, los siete pecados capitales y los Ramones
¿Alguna
vez te pusiste a relacionar a los monchos de campera de cuero y jeans
clásicos ajustados que interpretraban canciones súper aceleradas con los
siete pecados capitales? Mientras muchas religiones celebraron la
resurección de su mesías en esta Pascua, nosotros queremos recordar el
paso a la eternidad de Jeffrey Ross Hyman, un tal Joey Ramone.
Lujuria
"She‘s a Sensation" (Pleasant Dreams, 1981)
Imposible
no pensar esta canción de forma lujuriosa. Una de las canciones más
conocidas de los Ramones (con esa introducción de viola distorsionada y
de un bajo que no para de crujir), tiene una declaración de amor y de
fidelidad en estado puro, pero dejando en claro que a esa chica que es
una sensación, Joey la quiere comer y hacerla suya.
Pereza
"I Wanna Be Your Boyfriend" (Ramones, 1976)
La
pereza en ésta canción, juega un rol fundamental: tanto la composición
sonora como su letra son simples y sin muchos arreglos. Pero, ¿a quién
le importa? Si Iggy Pop junto a los Stooges querían mostrar la parte más
“sucia” del amor deseando ser un perro, los monchos se la jugaron por
el romanticismo y la inocencia con un mensaje directo y conciso: “Yo
quiero ser tu novio”. Clásico imperdible de ese disco debut parte
cráneos.
Gula
"I’m Affected" (End of The Century, 1980)
La
gula brota como una necesidad cada vez que suena éste tema. En lo
musical, el sonido del bajo de Dee Dee te va llevando hasta la canción,
que tiene un sonido salvaje que te come cada una de las neuronas. En la
parte lírica, ese exceso por aquella mujer que el frontman oriundo de
Queens cuenta, lo pone en un estado autodestructivo. Ese estribillo
desgarrador repitiendo una y otra vez “I‘m affected” la convierte en una
clásico de amor ramonero.
Ira
"7-11" (Pleasant Dreams, 1981)
Una
historia de amor hermosa y trágica a la vez. La voz de Joey va contando
cada estado del enamoramiento que todos alguna vez idealizamos: una
fecha perfecta, las primeras salidas y las cosas en común. Pero la ira,
la decepción y la muerte lo invaden cuando un auto atropella a la chica
que siempre soñó. El desamor de un corazón roto a pura distorsión Punk
pero con ritmo de balada de los 60’s. Bastaría saber si habrá sido un
auto realmente o se refería a un compañero de banda pero en una forma
literaria quien le rompió el corazón. Quizás, otra canción de este
informe esté relacionada…
Envidia
"The KKK Took My Baby Away" (Pleasant Dreams, 1981)
Si
habría que buscar un sinónimo para ésta canción sería "Bizarre Love
Triangle", de New Order. La historia es conocida: el triángulo de amor
bizarro lo componían Joey, Johnny y Linda Danielle. Ésta última fue el
gran amor y fuente de inspiración del cantante Ramone, quien se vio
arrebatado de forma sentimental por el guitarrista Moncho que le “robó”
su novia. Además, un tiempo después Johnny se casaría con Linda. Esa
envidia que Joey sintió por la traición que su compañero de grupo le
propagó, sumado a las diferencias ideológicas que ambos mantenían (el
cantante era liberal con ciertos aires de izquierda, y Johnny,
conservador y republicano), hicieron que naciera la letra de ésta
canción. Cuando lo denomina como de “The KKK” (la organización de
extrema derecha Ku Klux Klan), Jeffrey habla en forma exagerada sobre
los ideales que su compañero de banda tenía, pero dejando en claro de
quién estaba hablando. Esta pelea entre ambos los llevo a estar 18 años
sin hablarse (sí, mantuvieron la banda pero no se dirigían la palabra).
Tal es así que cuenta la leyenda, luego de la muerte de Joey, Johnny
cayó en una inmensa depresión debido a la culpa que sentía por la mala
relación que habían tenido los últimos años. Eso, sumado a un cáncer de
próstata letal, hizo que el guitarrista fundador falleciera el 16 de
septiembre de 2004. La canción, más allá de la oscuridad que tiene su
historia, se convertiría en un clásico de la banda gracias al punteo,
los cortes de la batería, sus aires “surf” y ese estribillo súper
pegajoso.
Avaricia
"She Belongs To Me" (Animal Boy, 1986)
El
título ya es provocador: “Ella me pertenece”. Existe cierta avaricia
sentimental, unos celos latentes que dicen “esta chica es mía y de nadie
más”. La canción es una balada ganchera y divertida con un sonido bien
ochentoso, pero con una letra que la contrasta en cada estrofa. Escrita
por Dee Dee Ramone (sí, el mismo que estuvo en pareja con la argentina
Bárbara Zampini y pilar fundamental del sonido Ramone auténtico), el
tema habla de alguien que le quiere robar a su chica, y quién mejor que
Joey para interpretar un tema así. El estribillo lo dice todo: “Don‘t
tell me how to love my baby… She belongs to me!”. Sí. No le digas cómo
amar a su chica, claramente le pertenece.
Soberbia
"Bye, Bye Baby" (Halfway To Sanity, 1987)
En
los finales de cada historia de amor, existe cierta soberbia para
llegar a un corte definitivo. Otra balada Ramone de mediados de los ’80,
de un disco que no es de los más recordados por los fanáticos. Sin
embargo, tiene de las mejores canciones de despedida que se pueden
escuchar. La viola de Johnny hace un punteo inolvidable a lo largo de la
canción, y Joey interpreta la letra con una voz cargada de melancolía y
dejando en claro que si bien todo terminó, se divirtió mucho y pasó muy
buenos momentos junto a esa persona. ¡Ah! Por supuesto, siempre va a
sentir amor por ella, porque el cuerpo tiene memoria.
Bonus Track:
"Baby, I Love You" (Cover de The Ronettes, incluido en End of The Century, 1980)
Este
cover es una esas canciones que suenan una vez y nunca más la vas a
olvidar. El tema fue producido por Phil Spector, como así también la
versión original y el disco End of The Century. Si bien para los fans de
la primera época no fue un disco tan aceptado, el coquetear con la
canción “Pop” a los Ramones, le sentaban muy bien. La declaración de
amor y el acompañamiento de las cuerdas en la melodía la convierten en
una canción, que en tu noche perfecta, nunca te puede faltar.
El
amo y señor de la fotografía babasónica habla sobre "Movimiento
Babasónicos", la muestra que está presentando en la Usina del Arte y que
refleja los 17 años de trabajo que lleva con el grupo.
En los tempranos noventa, bailaba sus pogos, escuchaba sus discos e
iba a sus recitales. Con los años, y mientras su carrera como fotógrafo
iba en ascenso, su relación con Babasónicos era cada
día más cercana. Por esa razón, hoy se lo puede considerar una de las
personas que más conoce el círculo íntimo de la banda. Con ustedes, Martín Bonetto, el autor de“Movimiento Babasónicos", la muestra itinerante que retrata a los músicos de una manera única e íntima.
-Primero, ¿cómo diste con la banda?
-Había quedado enloquecido con su performance en una de esas noches que telonearon a Soda Stereo, en Obras.
Empecé a escucharlos y a ir con frecuencia a sus shows. Inclusive, un
amigo fotógrafo, el mismo que me ayudó a que me decidiera por meterme en
la carrera, me sacó una foto (está en la muestra) en la que aparezco en
el medio del pogo en el Festival Alternativo ’96, en el estadio de Ferro.
-¿Y profesionalmente, cómo fue el debut?
-Mi primer contacto con ellos fue en 1999, en un show que realizaron en Museum. La fotógrafa Nora Lezano me lo presentó a Adrian Dargelos
y, desde ahí, cada vez que tocaban yo les sacaba fotos. Con los años,
se generó cierto vínculo y tuve la posibilidad de viajar con ellos, y
realizar trabajos en diferentes partes del mundo.
-¿Qué es lo que más te gusta de la banda?
-Laburar con ellos, porque le dan mucha bola a su imagen:
escenografía, estética, luces y hasta cómo se mueven en el escenario.
Desde lo musical, siempre me gustaron, porque buscan la originalidad en
cada disco. Los primeros años, donde se mezclaba todo, fueron los que me
volvieron loco: de un tema hardcore a uno psicodélico, pasando por una
balada.
-Hace 17 años que trabajás con ellos, ¿hay alguna cuenta pendiente?
-Lamentablemente, me hubiese gustado ser fotógrafo en los primeros
discos, la época que coincidió con mi juventud. Fue la que llamó mi
atención y me convirtió en fanático.
-De hecho, no tardaste demasiado en incorporarte, ya que fue en la segunda etapa, después de Miami (1999). -Sí,
al principio más alejado, luego trabajando a la par. Siempre me
gustaron las cosas que viví con ellos, sobretodo las giras, porque son
las etapas más divertidas.
-¿Qué sentís al saber que "Movimiento Babasónicos" fue
elegida por la Usina del Arte luego de que se exhibiera la muestra de
Henri Cartier-Bresson?
-¡Si ocurrió es porque se quedaron sin presupuesto! (Risas). Hablando
en serio, que en Mar Del Plata haya estado después de la “World Press
Photo”, por ejemplo, y acá después de Cartier-Bresson, que es el padre de todo el fotoperiodismo, me llena de orgullo. Es un lujo estar a continuación de estos grosos.
-¿Cuál fue el criterio para seleccionar las imágenes? -El trabajo fue arduo: estuve más de un año editando
las carpetas, los negativos y las copias que tenía. El paso siguiente
fue juntarme con fotógrafos amigos para hacer un recorte de todo el
material que había almacenado. Por último, me reuní con la banda, para
hacer un último recorte, que derivó en la selección que salió publicada
en el libro “Babasónicos-Fotografías de Martín Bonetto”. En la edición
no sólo quería destacar el trabajo realizado en 17 años, sino también
resaltar la imagen y postura que interpreto de Babasónicos. Para la muestra, sumé algunas fotos más, pero básicamente fue un trabajo en conjunto con la banda.
-La Plata, Mar del Plata, Rosario, Buenos Aires, ¿cuál es el próximo destino de este movimiento?
-Estamos viendo si llevamos la muestra a Córdoba o Mendoza, o si ya
puede salir al exterior, ya sea México o Estados Unidos, siempre
intentando conquistar el mundo con “Movimiento Babasónicos”.
-De la muestra, ¿cuál es tu foto favorita?
-Hay muchas que me gustan, pero mi favorita es una en la que llevé a Adrián,
que estaba vestido de blanco, a un baño horrendo, todo diarreico (sic).
Además, fue uno de los primeros contactos directos con el grupo, más
allá de las fotos que sacaba de sus shows.
La
Metralla del punk rock festeja sus 20 años de trayectoria en Niceto
Club, donde grabará su primer disco en vivo. "La cuestión ideológica es
la que nos mantiene unidos", sostiene el cantante y bajista Carlos
"Gaviota" Sassone.
Almagro. Viejo y tanguero. Con esa bohemia que no se va, y ese
modernismo que lo ataca. En el corazón del barrio, se esconde un edén de
concreto lleno de habitaciones y una terraza de ensueño, a pesar de su
centenaria edad. Carlos "Gaviota" Sassone, cantante y bajista de Mal Pasar, habla de los 20 años de la banda, una de las más interesantes del punk rock local, y sus respectivos festejos, en Niceto Club. Entre emociones, ideales y convicciones, deja más que en claro que primero está la forma de pensar. Siempre.
-Están festejando dos décadas de trayectoria, ¿cuál crees que fue el aporte de Mal Pasar a la escena nacional?
-Así como maduramos con las letras y bancamos la autogestión, somos
un grupo que marcó un camino, que siempre creímos conveniente, y es el
de no pedirle guita a las bandas que tocan con nosotros. Forma parte de
una resistencia contracultural, y genera algo que ya no se ve. Darle un
giro al sistema es una satisfacción, una lucha que sostenemos, y la
cuestión ideológica es la que nos mantiene unidos como banda, que nos
hace seguir caminando.
-¿Cómo ves al proyecto con el paso del tiempo?
-Siento que la banda evolucionó y cambió a la par nuestra. En lo
musical, mejoró bastante y mutó en distintos aspectos. En lo que
respecta a las letras, hubo una maduración que se reflejó en cada disco,
aunque las temáticas sociales y políticas siempre encabezaron nuestra
lista. Yo, por ejemplo, no pienso lo mismo ahora, que tengo 40, que a
los 20. Eso influye mucho a la hora de escribir, como también las ganas
de tirar para adelante, decir lo que pensamos y siempre soñar con que
todo esté mejor.
-¿Qué momento destacarías en la historia de la banda?
-Haber podido grabar con Evaristo Páramos (cantante de La Polla Records y Gatillazo) la canción “4 Sudakas”, de nuestro anterior trabajo, La Conquista del Pan(2012).
Fue una satisfacción, sobre todo por lo que nos enseñó: usar el arte
para intentar cambiar la forma de pensar de la gente. Además, es muy
difícil que cante con otros músicos, y que se haya copado, fue un
reconocimiento.
-Hablaste de la contracultura, y hace unas semanas se estrenó
el documental sobre Cemento, lugar clave para el rock local, y sobre
todo para la escena hardcore punk.
-Claro. Tocaban bandas, había teatro los días de semana y, así y
todo, a nosotros nos costó mucho mostrar nuestra idea. El punk de esos
años (los ’90) era más destroyer, pero nosotros veníamos con
otro mensaje: le pegábamos palos a los militares, por las leyes de
Obediencia Debida y Punto final. No entendían cómo no cantábamos sobre
los excesos y las mujeres (risas). Nos costó bastante tocar en Cemento y
nos escupieron mucho (más risas). Eso sí: en los últimos conciertos en
la calle Estados Unidos la gente bailó y se divirtió mucho con nosotros.
-Casualmente, Cemento coincidió con el inicio de la banda. ¿Cómo recordás aquellos años?
-En esa época había muchos festivales punks y la gente se sorprendía con las distintas bandas que participaban, desde Flema y Bulldog,
que tienen músicos que respeto mucho, hasta nosotros. Mientras otros
grupos apelaban a otro mensaje, Mal Pasar, ya en ese momento, le cantaba
a Videla y Massera, que caminaban como si nada por las calles. Me
preocupaba mucho que los más jóvenes no repudiaran esa libertad a los
genocidas, y que tuvieran la cabeza en otras cosas. Me costó años
entender que los otros músicos no tienen por qué cantar lo mismo que yo
pienso, comprendí que tuvieron otras vivencias, diferentes a las mía.
-Entonces, ¿cuál es la función del arte?
-Te tiene que transmitir un mensaje, una información, para poder
concientizar, protestar y romper moldes permanentemente. Me parece que
no usarlo con el punk, es un desperdicio. De lo contrario, mirá la tele y
listo, que es la reproducción del sistema mismo. Nosotros tenemos una
obsesión con la cuestión social, así como también sabemos que pudimos
haber hecho las cosas más fáciles, como cantar otro tipo de canciones.
Pero no las sentimos, no nos sale. La necesidad es otra, porque existen
muchas injusticias. De buenas a primera, te dicen que le podrían llegar a
dar el “2x1” a los milicos, por ejemplo. Hay que cambiar un montón de
cosas y la música sirve para eso. El arte es rebeldía y protesta.
-Como banda, ¿cuál es la cuenta pendiente que tienen?
-Me gustaría que en nuestro próximo álbum grabase Daniel Viglietti, un folklorista uruguayo. Se la debo, por todo lo que me dio. Él es punk en serio, como Víctor Jara,
un tipo al que los milicos chilenos no lo dejaban tocar, así que agarró
su guitarra y se fue a cantar a las universidades. (Se emociona). Como
artista, estoy en deuda con ellos porque me lo dieron todo, la
conciencia, el compromiso. Se la jugaron en serio, e intentaron cambiar
las cosas. Mal Pasar intenta reivindicar eso. Si en el ambiente musical
hubiera un poco más de unidad, hace tiempo hubiésemos cambiado un montón
de cosas.
-Hablando de la escena, el primero de julio se presentarán en
Niceto Club, donde grabaran su primer disco en vivo. Además, otra de
las particularidades será que abre la fecha El Violinista del amor y los
pibes que miraban, una banda del palo electro acústico, totalmente
ajena al punk. ¿Cómo surge la relación con ellos?
-Los conocimos tocando en la biblioteca José Ingenieros, un lugar en
donde hicimos nuestros primeros pasos en el anarquismo. Ellos tocaban
canciones de la Guerra Civil española. Decidimos invitarlos porque son
compañeros y creemos que festejar 20 años con un grupo que toque en ese
formato, y comparta el ideal libertario, es un broche de oro. Con todo
el respeto que se merecen, ¿no?, pero ¿para qué voy a invitar a una
banda ramonera? Al margen de ellos, habrá otros músicos
invitados, como
los chicos de CadenaPerpetua, algunos de 2 Minutos y de Kapanga.
-¿Después del disco en vivo, tienen pensado trabajar en el sucesor de Vacaciones en el Cementerio (2015)?
-Apenas esté en la calle, a fines de este año o a principios del
otro, empezaremos a craquear la forma definitiva del nuevo disco.
Constantemente estamos preparando cosas. Es como dice EduardoGaleano,
es esa lucecita que, si no la tenés, no podés caminar. Bueno, esa misma
es la que nos guía, la que nos hace seguir. Si bien en 20 años tuvimos
nuestras crisis, hoy estamos en un buen momento. Uno va formando, con el
tiempo, esa relación de compañeros de lucha y de trabajo.
*Sábado 1 de julio en Niceto club, Niceto Vega 5510. A las 20.
Después de un origen tradicional, la banda adoptó el synth rock como su nueva piel.
Los Síntomas se formaron, mutaron y se consolidaron,
o por lo menos van camino a eso. Y todo esto en apenas cuatros años de
vida. Pasaron de ser un grupo tradicional, de estirpe bien rockera, a
uno que adoptó como propio el synth rock, teniendo el teclado como
caballito de batalla.
Entre risas, el cantante MarianoÁlvarez y el guitarrista PabloGarcía, explican ante este medio cómo ocurrió todo, las idas y venidas, y el anclaje seleccionado. “Empezamos de una manera que no resultó”,
plantea García y dice que todo cambió el día que compraron una
computadora con una placa de sonido e incursionaron en el Pro Tools. El
resultado de esta tremenda búsqueda convergió en su álbum debut y
homónimo, publicado en 2016. “Desde nuestro origen hasta el presente, hay un paso bastante grande”.
El proceso de cambio lo abarcó todo. Sin medias tintas. “Antes”, arriesga el vocalista, “hacíamos la canción en la sala de ensayo”. En cambio, ahora lo primer que realizan es la grabación hasta que están conformes con el resultado. “Recién ahí vamos y la interpretamos y vemos qué le falta”. Y explica: “Pensamos de otra manera la forma de componer, ya que cambió profundamente todo en nuestro seno”.
Las doce composiciones que integran el primer disco del grupo
reflejan de manera precisa todo lo ocurrido, la prueba y el error, y el
amor por un género que también abrazó Gustavo Cerati, entre otros. “Hubo mucho de experimentar”,
confiesa Álvarez, pero reconoce que siempre bajo una convicción
estoica. Lo que antes hubiera sido impensado, como sumar una batería
electrónica, hoy es color más en una paleta cada vez más amplia.
Para García, la nueva piel adoptada por Los Síntomas permitió que
surjan nuevas melodías y que la voz empiece, por ejemplo, a jugar otro
rol. Inclusive, la guitarra pasó a un segundo plano, apareciendo en
contada ocasiones, sólo cuando la canción lo requiere. Lo que para
muchos podría ser una herejía, para ellos es parte de su laboratorio
interno.
Producido por un ex Adicta, la banda acaba de publicar su nuevo disco, Sueño Lúcido.
Generación Pop. Para algunos era un reality televisivo nacido a
principios del siglo XXI. Para otros, fue un aluvión de bandas que se
criaron en los noventas, y se afianzaron en los 2000, haciendo frente a
una crisis económica, y a un Cromañon latente. Entre esos grupos
emergentes, nació JosefinaPretende. Su cantante, Hernán Di Carlo, habla del presente que están viviendo y del futuro que se avecina.
-¿Cómo fue la elaboración de Sueño Lúcido, disco que publicaron este año y que presentaron hace pocas semanas? -Fue
un viaje placentero desde el minuto cero. Empezamos pre-produciendo las
nueve canciones que habíamos seleccionado junto a nuestro amigo y
productor Julián Horita (Juana La Loca). Luego hicimos
un demo, y recién ahí definimos estudio para grabarlo. El desafío más
grande, además de la elegir los temas, fue lograr una sonoridad
específica. Nosotros buscamos adrede algo más “ochentoso” (sic), basado
en sintetizadores análogos y muchas melodías desde lo vocal e
instrumentos. Siento que lo logramos.
-¿Por qué se decidieron por Julián? Casualmente, él integró Adicta, banda con la que compartieron bastantes fechas. -Nos ayudó a producir el disco anterior, La Luna De Mis Mareas,
que editamos en 2013. Como esa experiencia fue tan buena, decidimos
convocarlo para este trabajo. Es un ser humano excepcional: no es sólo
productor de discos, tiene una energía singular que hace que todo salga
mejor. Él nos hace ver más allá de nuestras narices. Cuando sobra, te
sugiere quitar y viceversa, rescata lo simple y lo potencia.
-¿A qué se debe el nombre del álbum? -Es parte
de cómo vivimos el proceso de grabación. Para nosotros fue como soñar
despiertos en cada momento, nos parecía irreal todo lo bueno que estaba
pasando.
-¿Dónde lo grabaron? -El disco fue grabado y
mezclado íntegramente en Estudio Bulo, de Nuñez, bajo el mando de su
dueño, Nacho de la Riega. La masterización la hicimos en Abbey Road,
porque pegamos onda con un sus ingenieros, Frank Arkwright. Más allá de su extenso currículum (Joy Division, New Order, Oasis, Blur, Arcade Fire, The Smiths, Coldplay, Morrisey, Primal Scream, entre otros), supo interpretar nuestro sonido y potenciarlo de manera exquisita.
-La tapa de su último trabajo remite a la colección de Elige
tu propia aventura, ¿por qué decidieron relacionarlo con esos libros? -¿Qué? ¿Se nota? (Risas). La idea de hacer este “homenaje gráfico” fue una genialidad de la diseñadora Laura Varksy.
Ella escuchó el crudo del disco, leyó las letras y sabía que se
llamaría Sueño Lúcido. Suponemos que metió todo eso en una licuadora y
nos propuso esta idea, que desde ya nos encantó, ya que el link es
acertado.
-¿Encuentran diferencias significativas entre este disco y el resto de su material? -Nuestra
esencia es la misma, canciones pop-rock con melodías vocales y coros.
En este disco logramos una sonoridad específica, más homogénea. De pies a
cabeza, que lo convierte en una obra más conceptual. Además, lo
grabamos casi todo en vivo en el estudio, y eso también se siente: está
más a flor de piel.
-Presentaron el disco en La Trastienda Samsung, ¿cómo resultó?
-Fue una fecha hermosa que preparamos con mucha antelación, y la
vivimos intensamente desde los camarines. Fue muy emocionante subir la
escalerita hacia el escenario y tener ese primer contacto entre los
temas nuevos, nosotros y toda la gente. Quedamos muy agradecidos y
satisfechos.
-¿Cómo sigue el año para Josefina Pretende? -Por
lo pronto, acabamos de filmar un video clip para “Mundo Nuevo”, que es
el primer corte del disco, y esperamos estrenarlo a fines de julio o
principios de agosto. Lo hicimos en un entorno natural e increíble de la
costa atlántica: mucho bosque, desierto, mar, con un apuesta
impresionante, y dirigidos por gente muy grosa, como Facundo Nuble y
Pablo Parés. Digamos que es una mini película de tres minutos. Para el
resto del año pensamos grabar otro clip y seguir tocando por diferentes
ciudades. Queremos llevar Sueño Lúcido por todos lados, y si bien se
encuentra en tratativas, hay planes de salir al exterior en 2018.
Impulsados
por el afán de dar a lo que hacen, la banda regresó a Argentina, donde
conversó con este medio sobre lo que implica llevar adelante un proyecto
como el suyo, en un país ajeno a la cultura rockera.
Ciclo tiene casi 20 años de vida, periodo en el que
sufrió cambios y transformaciones. Oriundos de Nicaragua, un lugar
donde el rock no juega de local, el trío, que conforman Juan Carlos Ortega, Noel Portocarrero y Bikentios Chávez, le cuenta a Revista El Bondi el orgullo y la pasión que le ponen a lo que hacen.
-¿Cómo nace Ciclo?
-En 1998, Juan Carlos conforma la banda Ciclo de Luna.
La alineación sufrió cambios abruptos en sus primeros siete años de
existencia, el mismo período que le sirvió a la agrupación para explorar
diferentes géneros. Noel se incorporó como bajista en 2002, y en 2005
se publica el álbum Contra el Tiempo, con Juan Carlos (guitarra), Noel (bajo), Juan Montenegro (voz) y Mario Bernheim
(batería). Al poco tiempo, estos dos últimos abandonan el grupo. En
2007, se suma Bikentios a la batería. A partir de ahí, decidimos
trabajar como power trío y re-nombrar la banda, simplemente como Ciclo.
-Actualmente están presentando Cosas Vanas, ¿cómo fue su realización?
-Ha sido nuestro trabajo mejor pensado y planificado. Nos tomamos
casi un año para el proceso creativo. Ahí nacieron los 13 temas. Por
recomendación de nuestro productor, nos tomamos el tiempo de tocarlos en
vivo. Una vez en el estudio, estábamos completamente decididos de lo
que queríamos de cada canción, y del papel que jugarían en su ubicación
dentro del tracklist. La mezcla estuvo a cargo de Ken Andrews (Beck, NIN, Paramore) y el master lo trabajamos en Sterling Sound, establecimiento liderado por Ted Jensen
(Muse, Alice in Chains, Green Day, Deftones, Paul McCartney, Kings of
Leon). Recomendamos tratar Cosas Vanas como un álbum, no como una
compilación de sencillos. Escúchenlo de corrido: se disfruta mejor.
-¿Cómo es ser una banda de rock en Nicaragua?
-De entrada hay que aclarar que allá no existe la industria musical.
Eso complica todo desde el arranque. Las bandas nos formamos, creamos y
salimos a tocar, pero localmente no tenemos mucho a qué aspirar. Existe
una radio en la que suenan casi todas las producciones de rock que se
hacen en el país y un par de festivales grandes en el transcurso del
año, que reúnen a los grupos más importantes de la escena nacional. El
resto del tiempo nos dedicamos a presentarnos en pequeños bares de las
ciudades de Managua, Masaya, Granada, Estelí, Jinotepe y León,
principalmente.
-Pero al igual que otras bandas nicaragüenses, ustedes han tenido la posibilidad de tocar en países vecinos.
-Nosotros tuvimos la chance de visitar Cuba y Argentina, que resultó
una bonita experiencia. Aún así, han sido casos muy esporádicos. Nos
gustaría hacerlo más seguido, pero es complicado para bandas pequeñas.
Tocar afuera es el paso lógico para la proyección de Ciclo, pero no es
fácil materializarlo.
-Corvata, de Carajo, dijo que eran una de las mejores banda de Nicaragua. ¿Cómo surgió la relación?
-Hace dos años compartimos escenarios con ellos, en Managua. Allí
tuvimos la oportunidad de conversar e intercambiar experiencias sobre la
vida y el trabajo que Carajo ha venido realizando en Latinoamérica. Al
siguiente año, nos invitaron a la gira Rompiendo Cabezas, en Argentina.
Todo resultó de manera.
-¿Tienen pensado volver a Argentina?
-Sí, no descartamos nada. Simplemente se trata de identificar la
oportunidad favorable para hacerlo. Nuestra experiencia en Argentina nos
ayudó a crecer como músicos y como banda, y nos encantaría poder
reeditarla de manera aún más profunda, para conectar más con el público
local. Además, creemos que el rock de Nicaragua tiene mucho del
argentino corriendo por sus venas.
"Hoy en día, la música se mueve de una manera muy brutal"
Sergio Bufi y compañía adelantan canciones de su próximo álbum, Atmósferas Nocturnas.
Luego de que Serfers girara por dos años con su primer EP, Serfers I, el trío liderado por Sergio Bufi está en las vísperas de publicar un nuevo trabajo de estudio, el LP Atmósferas Nocturnas. Según el cantante y guitarrista, la fecha estimada es el próximo mes. “Somos
tan osados y obsesivos, que hasta teníamos ganas de hacer un álbum
doble, por la cantidad de canciones que había dado vuelta”, concede el músico y agrega: “Pero bueno, nos contuvimos”. Finalmente, la cifra quedó en 12.
-El próximo domingo harán una suerte de estreno, ¿no es así?
-Si bien no es la presentación oficial, adelantaremos unas seis
canciones. O sea, la mitad del show estará influenciado por el nuevo
material. Y está bueno eso, uno tiene que largar, nada de guardarse las
cosas. Así es la música hoy en día. Se mueve de una manera muy brutal.
-¿Hay un hilo conductor en las nuevas composiciones?
-El nombre del disco conceptualiza de alguna forma la parte lírica y
auditiva. Y en hora bueno, porque es lo que busqué, ya que fue compuesto
de noche. Me parece que todos los artistas tratamos de hacerlo de esa
manera, cuando todo el mundo duerme. De hecho, las canciones tienen un
audio bastante nocturno, que no es oscuro, ojo. Además, se parafrasea el
concepto en diferentes tramos de las letras, que por momento se ponen
existencialistas, por otros surrealistas, pero que también bajan a
tierra, y hablan de emociones muy claras.
-Mencionaste el ambiente nocturno. ¿Hay algún trabajo con el que lo puedas emparentar?
-Sí y no. Nos gustan muchas bandas y hemos escuchado bastante música.
A la hora de buscar un gen que te identifique, tenes que entrar en una
exploración de estilos. Pero hay que lavar las influencias tan marcadas
de los grupos que te llamaron la atención al principio, para que a la
hora de recomponer, tus ideas tengan un tinte. Esa investigación,
incesante, me quita el sueño, aunque también siento que estoy en
vísperas de haber encontrado finalmente ese gen. Más allá de eso, nunca
para la evolución musical.
-¿La idea es publicarlo de manera independiente?
-Lo estamos viendo, porque nos gustaría. Nos llama mucho la atención,
y nos convertiría, justamente, en una banda independiente, que es un
factor muy importante hoy en día. Pero no queremos apresurar el proceso.
Puede ser que firmemos, de alguna manera, con algún sello, o puede que
sólo sea lanzado de forma digital.
-A la hora de hacer las canciones, ¿primero te planteas en cómo sonarían en formato digital o el CD sigue siendo la prioridad?
-Nunca le quité importancia al CD. Entiendo que está bastante
cascoteada la idea de sacar un trabajo en formato físico, más en la era
digital. Pero hay que cambiar el enfoque, porque más allá de la forma en
la que salga, no estamos persiguiendo ningún tipo de fin de lucro. Esto
es algo que se plasma, es el momento de la banda a modo conceptual. En
base a esos discos que vos sacas, se arma tu discografía, tus momentos
de composición, tus cuadros pintados. Es fundamental a la hora de
desarrollar tu arte. De nuevo, dejá de las ventas y demás. Obviamente,
se consume de otra forma, pero nunca nos concentramos en eso, siempre
estuvimos más del lado artísticos. Por eso nos moviliza la idea de hacer
un disco físico en la era digital.
*Domingo 11 en La Trastienda Samsung, Balcarce 460. A las 20.
ESTE BLOG ES EL RESUMEN DE TANTOS AÑOS LIGADOS AL PERIODISMO, UNA PROFESIÓN QUE AMO Y QUE ME DIO MUCHAS ALEGRÍAS.
"ENTRE COSAS DEL PASADO, APRENDO A VIVIR EL FUTURO.
ME SENTARÉ TRANQUILAMENTE
Y DEJARÉ QUE EL TIEMPO ME ALCANCE.."