Salta
La Banca grabó su primer DVD ante una multitud en el Estadio Malvinas
Argentinas. En tres horas de show y con una lista de más de 30
canciones, confirmaron que su presente es estupendo y que su porvenir es
aún mejor.
Son las 18 horas y una cola
larguísima se ve desde el otro lado de la vía. Al llegar, pegado a la
estación Arata del Tren Urquiza, sobre el túnel, la misma cola gira y da
una vuelta. El estadio está a unos cuantos metros, pero la banda
prometió que el show arrancaría súper puntual ya que para la grabación
del DVD, van a utilizar parte de la luz del día.
Poco antes de las 19, con el ocaso apoderándose de la ciudad, el team comandado por Santiago Aysine
sale al escenario al ritmo de “Tren del Edén”, una historia de amor de
esas que hacen que una aventura se convierta en un “para siempre”. Para
seguir en la misma sintonía, Aysine invitó a todos a seguirlo en una
“Aventura Diurna” y en su propio “Sueño”.
La noche llegaba con un frío letal, pero con las luces y su caminar
frenetico, el frontman se quedó en remera, haciendo lucir la
inscripción: "The Jesus & Mary Chain”. Quizás, de esta manera (y
aunque muchos chicos que lo sigan no sepan de qué banda se trata) Aysine
trate de quitarse esa etiqueta de que es sólo “Rock Barrial”, y que las
influencias de la banda son más diversas de lo que muchos creen.
La gente, con sus banderas de palo y sus polvos de colores, se
encargaron de adornar parte del material fílmico. Ni hablar cuando desde
arriba sonó “Duelen”, donde se hicieron cargo de acompañando el sonido
del saxofón de Mauro Ostinelli con un fuerte y efusivo: “Dale, dale, dale, Salta La Banca”.
La viola distorsionada de “No pierdas cuidado” fue la antesala de un set de canciones importantes en la historia de la banda.
“Vamos a tocar cuatro canciones de ‘C.O.P.L.A.‘, nuestro disco más
representativo y en homenaje a Luciano Arruga. Le quiero dedicar este
momento a él, a su familia y a todas aquellas victimas del gatillo
fácil”, decía un Aysine compungido y emocionado. “Yo”, “Él”,
“Nosotros” y “Ellos” sonaron en un momento del show dedicado a la
reflexión social con cada una de esas canciones.
Para seguir en esa sintonía, el cantante oriundo de Villa Raffo
volvió a hablar y esta vez fue Cromañón es el tema a tratar. Santiago
Aysine es uno de los sobrevivientes de esa noche fatídica de diciembre
de 2004, y es sabida (quizás, sea uno de los estandartes que más le
valoran los fanáticos de su banda) su postura en donde defiende la
inocencia de la banda Callejeros. Al grito de “¡La música no mata!”, el
grupo hizo sonar las estrofas de “Que nunca se repita”, canción dedicada
a la tragedia.
“Si uno lleva bien adentro la convicción de la lucha obrera y
popular, cuando se encuentra en la cárcel siente el orgullo de mantener
su dignidad, porque esa es la dignidad de los compañeros que están
afuera”, dijo alguna vez Agustín Tosco, en un discurso, allá a
principios de los ’70. Para SLB, la lucha no termina, y su apoyo a toda
la clase trabajadora, la hicieron causa la noche del Malvinas. El
delegado Pablo Viñas, obrero de AGR-Clarín, se hizo presente para
contarle al público lo que hicieron con sus puestos de trabajo, los
bloqueos de información y su constante lucha junto a sus familiares para
resistir el desalojo. Un “Macri gato… ¡Deja de reprimir! ¡Vivan los trabajadores y la juventud!”, fue el puntapié inicial para que suene “El jardín de mis agonias”.
Entre risas y juegos con la gente, canticos de canciones de Los
Piojos y Rafaga dedicadas al agua, la banda se puso melosa y canciones
como “Invierno tibio”, el hitazo “Unos versos”, ”Labios de Café”,
“¿Quién dice?”, “Otro domingo” y el súper cantado “Ilusa ilusión” que
(mechada con “Polaroid de locura ordinaria “, de Fito Paez y a pesar de
contener en su letra aires a “Callejero de Boedo”, de Callejeros) tiene
esencia pura de un corazón roto. Para romper con tanta dulzura, el
doblete “Romperte el toribio/Estigma” siguió en una lista para todos los
gustos.
“Tengo el placer de compartir mis andanzas con una guerrera”,
jura la letra de “Hay que saber”, canción dedicada a las mujeres que
luchan, según la banda y en la que Aysine confesó que fue de las
primeras canciones que compuso el guitarrista de la banda, Alberto Grammatico .
El último tramo del show de la banda que nunca se fue del escenario
en más de 180 minutos de recital fue a pura emoción para dejar bien en
claro que la estrella de la noche era ese DVD que se estaba grabando. El
comienzo medio ska de “Mercedes” le dio pie a un eufórico Aysine para
caminar todo el escenario, mientras las luces danzaban sobre el
escenario y la gente cantaba con fuerza. Le siguieron “Tu entrega”,
dónde los vientos se lucieron y unos globos blancos decoraron todo el
campo, y “Dolores”, donde el acordeón y una letra terrible fueron los
actores principales.
“¡Gracias por esto! “¡Ustedes se merecen esto!”, les dijo un
Aysine (fiestero y con ganas de salir a un boliche a bailar) que empezó
a corear temas clásicos de cumbia de bandas como Ráfaga, Gilda, Leo
Mattioli, entre otros. El público, lejos de enojarse, comenzó a cantar
cada una de las canciones. “El que no abre la cabeza, no le crece el corazón”, dice la letra de “Somos”, que acompañada por una lluvia de palmas, parecía interminable. “¡Viva la independencia! ¡Viva la autogestión! Esto es Salta La Banca y, pese a quien le pese, seremos eternos!”, gritó Aysine antes de “Seremos”, y un vídeo lyric acompañó las pantallas que estaban sobre el escenario.
Luego de “La espada del recelo” y “Bautismo”, el show llegaba a sus
últimos acordes, pero Aysine no se quiso olvidar de aquellos que los
ayudaron en los comienzos: El Bordo y Las Pastillas del Abuelo. También,
agradeció el andar juntos por el carril del Rock junto a bandas como De
la Gran Piñata, Rock a la Orden, La Caverna y Locos de Nacimiento.
“¡Y que salte la banca, nomás!”, gritó Aysine antes de “Que
salte la banca” y de “Soldado”, para cerrar la noche mágica que siempre
soñaron. Sólo quedaban dos mensajes para dar: el primero, emotivo: “La familia y los amigos: ¡Aguante el barrio, loco!”. El segundo, un ideal: “¡La independencia es un medio y vale!”.
La gente desconcentraba el lugar, y ellos estaban arriba del
escenario como si hubiesen ganado un torneo de futbol con sus amigos de
toda la vida. Saltaban, cantaban y se abrazaban como en cualquier
vestuario de equipo campeón. La noche del Malvinas ratificaron que la
magia de la independencia ya es más que una realidad. Cuesta y no es
fácil, Salta La Banca, que no tenía nada que perder, ni plata para
entrar a jugar, le ganó y muy bien a la casa. Y saben que el sueño es
suyo por una sola razón: lo hicieron por (y con) amor.
"Hoy en día, cualquiera puede dedicar su vida a la música"
Afilados
pero sinceros, Luciano Napolitano junto a sus secuaces hablan sobre la
presentación de Lovornetorium, nuevo álbum de la banda, y sobre el disco
homenaje que planean realizarle al Carpo y Locomotora Espósito.
El final de la tarde de un día cualquiera de febrero estaba llegando a
su fin. En un bar de Palermo, decorado al mejor estilo rockero
promedio, entre cerveza, anécdotas y proyectos,Lovorne,encabezado porLuciano Napolitano y escoltado por el Adrián Espósito (batería) y Marcelo Bracalente (bajo), nos contó cómo será la presentación de su última placa en Vorterix y cómo el mandato familiar se lleva en las venas y no puede detener su motor.
-¿Cómo fue la grabación deLovornetorium, su flamante trabajo de estudio?
Marcelo Bracalente: -El disco lo había empezado a grabar Luciano con (el baterista) Juan“Locomotora”Espósito en
unas pruebas que habían quedado ahí. Cuando en octubre de 2015
empezamos a ensayar los tres, automáticamente comenzamos a darle la
vuelta de tuerca a esos demos. Fue un laburo desprolijo porque había
shows encima, y queríamos agregar y sacar cosas, pero se llegó.
-¿Les llevó mucho tiempo?
MB: -No. Fue muy al palo. Un jueves y un viernes metimos la bata. Los
dos días siguientes el bajo, y lo que más tiempo llevó fueron esos
arreglos que hicimos en el momento. Lo bueno de tener estudio propio es
que laburás como vos querés, y hasta último momento podés retocar lo
que sea.
-Fue el último disco en el que grabó su batería Locomotora,
baluarte indiscutible del rock nacional, ¿qué recuerdan de esas
sesiones?
MB: -Las recuerdo con mucha alegría porque fueron buenísimas. En un
momento nos reímos mucho ya que tuvimos que grabar el disco “a la
antigua”: Juan iba grabando, y nosotros tocando en la
sala con auriculares puestos, y eso genera una situación más real. El
gran problema de una buena grabación es lograr que vos suenes como en
los ensayos, y la presión siempre te quita esa química. Lo que hicimos,
de tocar mientras uno graba, mirándolo, hace que todo sea y suene más
natural.
-El arte de tapa es muy logrado, ¿quién lo idealizó?
MB: -Muchas ideas fueron de Juan, otras de la gente de la grafica, pero desde que Luciano dijo “Lovornetorium”, pensé: “¡Esto está buenísimo!”.
De ahí en más empecé a imaginar por mi lado, y a compartir lo que
idealizaba. Relacioné el nombre con una película de terror vieja, por
eso la tipografía y los colores que finalmente quedaron dan esa
perspectiva.
-¿Qué creen que tiene de diferente este último trabajo a los anteriores?
Luciano Napolitano: -Para empezar, la composición, ya que hay mucho
trabajo en lo que es el bajo, y la batería es única. Después, las letras
son muy personales, tienen mucho que ver conmigo, pero también los
chicos de la banda se sienten muy identificados por ellas. Por otro
lado, tuve la oportunidad de grabar las guitarras muchas veces, y eso es
algo que antes no había hecho, ya que era tirar dos tomas y elegir la
mejor. Acá me preocupé porque suene todo bien y no enmendado, que sea
más lineal y no un Frankenstein de tomas. Lo que pasa es que ahora con
el Pro Tools, todos sacan un disco de la concha de la lora, pero te
quiero ver tocando en vivo, ¡eh! Nosotros tenemos eso. Musicalmente, el
equipo que hay sobre es el escenario es súper profesional y Lovorne en vivo suena tremendo, con mucha fuerza.
-Luciano, hace 20 años que tocas y, al poco tiempo, surgió Lovorne, ¿qué conclusión sacan después de dos décadas?
LN: -Fueron muchas cosas. Hace 20 años empecé a tocar la guitarra y
con 17 que saqué el primer disco con la banda. Este es nuestro último
trabajo de estudio y las ganas de seguir haciendo no paran. Mismo ahora
estamos armando cosas para editarlas más adelante. No nos damos cuenta,
grabamos un ensayo y sale una idea, después otra, y cuando te querés
acordar, ya tenés 15 canciones nuevas.
MB: -Lo bueno es que contamos con estudio propio. Cuantos más shows
tenés, menos necesitás ensayar, y más tiempo le podés dedicara a
componer.
LN: -Pero ojo, un estudio de grabación no es como la gente cree y te
lo muestran en la tele. No es una pecera con un vidrio gigante, y del
otro lado un ingeniero de sonido con una re consola. Hoy en día se graba
con cualquier cosa y suena bien. Todo depende del técnico, del
micrófono y del músico. La clave también está en la armonía del lugar,
tiene que ser agradable, no importa si es tu casa o la de un amigo. Te
llevás una computadora, una consola, un buen micrófono, llamás a un
técnico, y ya montaste un estudio casero. En mi casa hice así: armé una
habitación, de diez metros por cinco, especial para esto, pero usando
las cosas que marqué antes. A lo que voy es que cualquiera que quiere
dedicar toda su vida a la música, hoy en día lo puede lograr. Sólo hay
que proponérselo.
-¿Qué sienten que les queda por hacer?
LN: -En lo personal, tengo un proyecto que quiero llevar a cabo cuando terminemos la gira con Lovorne, un compilado de temas homenaje a Pappo en concierto (1984) y Plan diabólico (1987), de la época de Hoy no es hoy. Son dos discos en los cuales también participó Locomotora. Es un homenaje a nuestros viejos (Adrian es hijo de Juan). Además, vamos a invitar a Boff Serafine, quien fuera guitarrista de Riff y participó en la grabación de estos dos álbumes. A Boff
lo llevó mi viejo a tocar con ellos, porque siempre resaltaba la
perspectiva del metal pesado. Adonde él está, suena bien, pesado y como Riff. Entonces, con una guitarra Napolitano y una batería Esposito, sumándose el bajo de Marcelo, que es un intérprete y un compositor extraordinario, y los arreglos de Serafine, va a quedar muy bueno.
-¿El disco lo piensan sacar de manera independiente?
LN:-Queremos que lo agarre una discográfica porque nosotros no nos
dedicamos a eso. Lo hacemos por sentimientos personales y porque tenemos
muchas ganas de reversionar los temas que grabaron nuestros viejos. Lovorne
es una banda de músicos que toca temas propios e interpreta canciones
de mi papá, por consecuencia familiar. No somos una banda de covers.
Los hago porque los llevo en el alma, porque los amo, al igual que
pasear en todos esos autos antiguos que mi viejo me dejó, que andan
mejor que los de ahora.
-¿La idea es editarlo este año?
LN: -Todo depende del tiempo que Lovorne nos deje.
Sin ir más lejos, además de todos esos temas que aparecen en los
ensayos, tengo más de 1500 letras escritas por todos lados. Algunas no
sirven para nada (risas), pero te ayudan a llegar a otro lado. Volviendo
al disco homenaje, la idea es empezar a trabajar después de la gira que
tenemos organizada con la banda.
-Ya que hablamos de tu viejo, ¿qué no te podés olvidar que hacían juntos?
LN:-Recuerdo que íbamos a recitales juntos. Algo muy puntual, es que nos gustaba la banda que tenía antes Marcelo, Jerikó. A mi viejo le gustaba mucho su estilo. Un día estábamos con Locomotora buscando bajista y, luego de dos meses, apareció Marcelo. Sin saberlo, Juan y yo estábamos pensando en él, como el que necesitábamos en ese lugar. Hoy en día, es parte de Lovorne y para mí, es un orgullo gigante. Siento que queda todo en familia.
-Volviendo a Loverne, presentan el disco este viernes en el
Vorterix, ¿que sea justo el cumpleaños del Carpo fue una casualidad o
estaba preparado?
Adrián Espósito (AE):-La fecha se dio de casualidad. Originalmente,
estaba programada para el 24 de noviembre del año pasado, pero de la
discográfica decidieron suspenderla, ya que no sé llegaba con la
fabricación del CD. Como en los dos primeros meses del año no hay nadie,
decidimos hacerla en marzo. Cuando llamamos para reservar la fecha,
justo se desocupó el 10. Luciano me dijo: “Che, justo es el día del cumple de mi viejo”. ¡Ya está! No la pensamos más: el cumpleaños del Carpo y encima viernes. ¡Todo redondo!
-¿Cómo preparan la fecha?
AE: -Dudo que toquemos el disco entero, porque sale muy sobre la
fecha. Haremos tres cuartas partes de lo nuevo, muchos temas de la
discografía de Lovorne y, además, realizaremos un homenaje para el Loco (por Pappo), tocando varios temas de su repertorio y con muchos invitados.
-¿Cómo sigue la gira de Lovorne?
AE: -Este año ya anduvimos por Neuquen y el temático Heavy del Cosquín Rock. Después del Vorterix vamos
a seguir girando por el interior y el Gran Buenos Aires: Pehuajó, Bahía
Blanca, Quilmes, Martínez y tenemos un homenaje especial, en junio, acá
en Capital.
*Viernes 10 en el Teatro Vorterix, Federico Lacroze 3455.
Galopando entre estrellas, Eterna Inocencia abrió el año con todo en Vorterix.
La zona del viejo Teatro de Colegiales estaba invadida
por punks, skaters y alternos. Los trapos colgados en las esquinas de
Alvarez Thomas y Lacroze, acompañados de charlas de cerveza en mano,
eran un paisaje rockero muy de fin de semana. Para las 20, dentro del
reciento, subió Avernal a romper cabezas y a calentar los motores para el plato fuerte de la noche: Eterna Inocencia.
Cansada pero siempre con una sonrisa, una chica de la barra repetía lo mismo a todo el mundo: “Birra fría… ¡Arriba!”, casi como si estuviera imitando con su voz el estribillo de “Ropa Sucia”, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Abajo no entraba nadie, pero en el primer piso de Vorterix era todo más ajustado aún.
Pasados cinco minutos de las 21, el telón se corrió y Eterna Inocencia
subió a hacer lo suyo, bien arriba, con “A los que se han apagado”.
Abajo, un mar de personas moviéndose con cada estrofa cantada por Guille Mármol,
y nadando en mosh cada vez que lo sintieron. Canciones como “Encuentro
mi descanso aquí” y “Abrazo”, siguieron en una lista dónde el batero Germán Rodriguez
dejó en claro que tocar toda la jornada (es además, batero de la banda
telonera) no lo cansa ni un poquito y puede darle a los parches las
veces que quiera.
“Este tema va dedicado a mi sobrina. Ella me dice que es ‘la canción de la ballena‘”, confesó Mármol,
con una sonrisa de emoción antes de entonar la letra de “Cassiopeia”,
de su último álbum, "Entre llanos y antigales" (2014). Canciones como
“Paren esta guerra”, “Trizas de vos” y “En busca del sol” no sólo fueron
cantadas con mucha euforia entre los presentes, sino que se
entrelazaban con las dedicatorias, los mensajes de ayuda a los pueblos
originarios y los palos permanentes a esa derecha que intenta hacer
olvidar el pasado asegurando que “30 mil” sólo es una cifra.
Sobre el escenario, todo pareció un ensayo con amigos. Se diviertieron y rieron entre los músicos y demostraron que estar lookeados
no es lo que importa: lo que sí vale es el mensaje y la simpleza. Por
esa razón, el cantante eterno llamó a los chicos de “El Playón”, y desde
el público, subieron dos chicos que contaron su historia: ese playón es
un lugar que apropiaron en Ciudad Evita hace más de 10 años, anexo a
una escuela. Allí, lograron que se convierta en el primer skatepark público
(y hasta ahora, único) que hay en el partido de La Matanza. El 18 de
marzo van a hacer un festival gratuito junto con la banda, al que hay
que acercarse con un artículo de limpieza para donárselo a la escuela.
Un lujo. “Nosotros nos acercamos con un simple fanzine que le
regalamos a ellos en un show de Los Ingobernables (banda paralela de
algunos integrantes del grupo). Cuando lo leyeron, ellos mismos se
comunicaron con nosotros para ayudarnos. Que nos digan que quieren tocar
en el playón de Ciudad Evita nos llena de orgullo: muestra la clase de
personas que son”, dijo emocionado uno de los dos invitados que estaban sobre el escenario.
La última hora del recital fue intensa, rápida y con más dedicatorias. Primero, subió Avernal
para hacer una versión de “Cartago”, junto a todos los músicos y
provocando una ronda de pogo inmensa. Después, siguió “Arte es
disfrutar”, quizás una de las letras que más explican la lucha de Eterna Inocencia. La letra se pregunta “¿Te acordás cuando en tu corazón la utopía era menos que imposible? Nos quedabamos dormidos sobre nuestros fanzines”, y luego llega a una conclusión letal sobre el final: “¿Por qué pagar para tocar? ¡Ya basta de lacras! ¡ARTE ES DISFRUTAR!”.
“Este tema es para ese pibe de 42 años que llamó a la radio
emocionado, y no podía creer que sigamos tocando. Este tema tiene más de
25 años y es para él”, anticipó Guille, antes de “Inocencia”. “¡Lautaro! ¿Dónde estás?”, buscaba Mármol
entre los presentes a un pibe que les había acercado una foto de sus
abuelos, con armamentos, luchando en la guerra civil español, hace casi
80 años atrás. Sin duda alguna, “La resistencia” se robó las gargantas
de todos.
“Esta va para todos aquellos que trabajan con nosotros. De forma invisible, pero hacen que seamos lo que somos como banda”,
decía el frontman con alegría antes de “Nuevas fronteras”, la canción
más coreada de la noche. Tal es así, que el cantante se emocionó y les
confesó que le hirvió la sangre al escuchar cantar a todos los
fanáticos. Pegadita, "Le pertenezco a tus ojos" fue otro de los himnos
súper cantados, en dónde todos los instrumentos se lucieron y las
emociones, gracias a ese punteo de la guitarra, salieron a dar un paseo
por todo el Vorterix.
“Este se lo quiero dedicar a mi amigo Chary, de Loquero. Una
banda tan real y bonita. Referente de este movimiento, y que por
cuestiones de salud, tuvo que dejar de tocar por tiempo indefinido.
Queremos verlos de nuevo en el escenario. ¡Fuerza!”, dijo Mármol, antes de “Cuando pasan las madrugadas”.
Previo a “La Radio Comunitaria”, Guille Mármol resaltó al público de Eterna
ya que alguien encontró un celular y lo llevó hasta el escenario para
que lo devolviesen a su dueño. El mensaje de que, socialmente, todavía
podemos solucionar las cosas, brillaba en su sonrisa y sirvió de pie
para lo que seguió: “Este tema se lo quiero dedicar a mi papá. Por
ese caballo que me regalaste al que llamaste “Gato”. Cuando el cielo
funcionaba sólo como el firmamente empecé a sentir la influencia y las
tradiciones en mí”, dijo un emocionado Mármol antes de “Puente de Piedra”, la última canción de la noche.
Dos horas y diez minutos duró el set de Eterna Inocencia.
Verlos genera un fenómeno por demás particular: por un lado, el
salvajismo se instala en todos por ese poderío sonoro que generan. Por
otro lado, tal como en un ejercicio de yoga, en donde el esternón se
abre paso hacia arriba entre los demás huesos dejando los sentimientos a
flor de piel, Eterna se apodera de la sensibilidad y la emoción de
aquellos que los van a ver. Esa ambigüedad los propone como uno de los
mejores exponentes del Hardcore Punk local. ¡Qué bien que la Inocencia
sea Eterna!
"Me regocija saber que no estábamos tan equivocados"
Orgulloso
por esos ideales que sostuvieron en su juventud, y que hoy están más
vigentes que nunca, el cantante Guille Mármol habla sobre la actualidad
del grupo y cuenta cómo será la presentación en Vorterix.
Suena el teléfono y ¿quién atiende? Guillermo Mármol, cantante y fundador de Eterna Inocencia. Poco importa el calor y la falta de una lluvia que cambie el clima, la música, los ideales y la fecha en Vorterix se llevan toda la atención. ¿Por qué la inocencia es eterna? Leé lo que sigue y te vas a enterar.
-Arrancan el año tocando en Colegiales, ¿cómo surge la idea?
-Es un lugar que nos gusta mucho y nos resulta cómodo. Su locación es
genial y, ya que anduvimos girando muchísimo estos últimos meses, y en
Capital Federal hacía mucho que no tocábamos, la fecha tenía que ser
especial.
-De todas maneras, el fin de semana pasado hubo una sorpresa para algunos fanáticos…
-Sí, hicimos una fecha íntima por el carnaval. Inicialmente, el show en Vorterix
estaba previsto para el 27 de febrero, pero tuvimos que ceder el día
para una banda europea que andaba de gira por Sudamérica, así que
decidimos hacer un ensayo abierto en nuestra sala.
-¡Realizaron su propia fiesta pagana!
-Sí (risas). La iniciativa comenzó por algunas personas que venían
del interior a vernos, y ya habían planificado el viaje para ese fin de
semana largo, con pasajes sacados, estadías pagas. No queríamos que esos
fans se perdieran la oportunidad de vernos. Finalmente, se terminaron
convirtiendo en los generadores de todo. Fue muy lindo, ya que lo
hicimos en el patio: lo ambientamos llenos de colores, como en los
viejos carnavales. Se sumaron amigos y familiares y, lo más loco, fue
que lo transmitimos en vivo. Llegamos a tener 17 mil vistas. Nos
sentimos muy acompañados por la gente, y sirvió para calentar un poco
los motores para el sábado.
-En lo que respecta al sábado, ¿qué preparan?
-Somos una banda con más de 20 años de carrera, así que vamos a hacer
un repertorio variado, pasando por toda nuestra discografía. Además,
sumamos de teloneros a Avernal, una banda de metal que nos gusta mucho y con la que compartimos el batero (Germán Rodríguez). Entonces, decidimos tocar entre los dos grupos temas cruzados de ambos conjuntos.
-Hablaste de las dos décadas que tiene acuesta, ¿qué percibís en la escena harcore-punk actualmente?
-Siéndote honesto, hace 20 años tenía más autoridad para hablar de este tema. No estoy tan metido en la escena, y mismo Eterna,
musicalmente hablando, no hace solamente ese estilo. Con los años, nos
fuimos convirtiendo en una banda de rock, aunque siempre sosteniendo una
filosofía hardcore-punk. Debe haber muchas propuestas, pero nosotros
apenas dedicamos nuestros tiempos marginales para juntarnos a tocar.
-Su último trabajo de estudio fue Entre llanos y Antigales,
de 2014, que tiene la tapa realizada por Eloísa Cartonera. ¿Cómo surgió
la iniciativa?
-Acá se puede notar con claridad la filosofía de la que hablábamos anteriormente. Porque el laburo de Eloísa
(una cooperativa de trabajo que hace tapas de libros con cartones
comprados a recicladores de la calle) es algo que compartimos. Esa fue
la base para cranear la realización del disco. En lo musical, tiene
canciones muy sentidas, y muchas historias son sugerencias que nos
aportaron amigos de la banda, que están ligados a los problemas sociales
y ambientales que sufrimos como sociedad. Lo grabamos entero en nuestro
estudio y tuvo muy buena repercusión. Ahora tiene que tener su
sucesor, y este año nos prometimos empezar a trabajar en él. Se hace
difícil editar de nuevo para nosotros, ya que cada uno tiene sus
trabajos, sus tiempos, y Eterna también lleva y exige
su tiempo. Por suerte, somos un grupo humano maravilloso: somos los
mismos y estamos siempre juntos. Están saliendo cosas muy buenas. De
todas maneras, fijate que tres de los cinco integrantes de Eterna tenemos otro proyecto en paralelo, Los Ingobernables. De hecho, ahora estamos por editar, en formato vinilo, un disco junto a Mente Furiosa. ¿Qué quiero decir con esto? Que cuando Eterna no edita, lo estamos haciendo con Los Ingobernables. Componer, componemos siempre, sólo que vamos tratando de dosificar la energía (risas).
-¿Tienen pensado publicar el disco nuevo en 2017?
-¡No! Calculo que recién en 2018 sacaremos a la luz lo nuevo de Eterna.
Este año nos tenemos que sentar a componer y a amasar. Digamos que
tenemos todos los elementos sobre la mesa, y sólo nos resta empezar a
juntarlos (risas).
-¿Qué te parece que el vinilo se haya puesto de moda?
-¡Me encanta! Siento que es parte también de la cultura
hardcore-punk. Pensá que nuestro primer vinilo editado es de 1997, y en
esa época te puedo asegurar que ni ahí estaban de moda. Muchas bandas
del estilo hicieron lo mismo. Hoy todos hablan del vinilo, y a nosotros
no nos sorprende porque hace muchísimo venimos trabajando en este tipo
de formato. De todas maneras, nuestra filosofía siempre fue tendencia.
Un ejemplo claro es que hoy todos hablan de veganismo, y hace 20 años
atrás, los únicos que lo mencionaban eran los punks. Otro es el skate, que cuando nosotros andábamos en ellos, nadie lo hacía. Hoy, hay skatepark públicos y es casi una política de Estado. Este tipo de cosas están en nuestro ethos,
están en nuestro ser: es parte de nuestra cultura. De manera personal,
me regocijo de saber que no estábamos tan locos ni tan equivocados con
lo que pensábamos.
-Después de la fecha del sábado, ¿tienen pensado girar por algún lado?
-Los años pasados giramos muchísimo presentando nuestro último disco.
Tenemos pensado llegar a todas esas provincias que por distintos
motivos no pudimos ir, y nos quedaron en el tintero. Después de Vorterix,
tenemos muchas fechas por el Gran Buenos Aires, siendo el 18 de marzo
la más cercana, en la localidad de Ciudad Evita. Es un sábado a las 17
horas, en un skatepark público, que se llama El Playón.
La idea es que toda la gente que se acerque lleve artículos de limpieza
para donárselos a la escuela que está anexa al playón. La directora de
la escuela nos prestó el escenario, los vecinos se coparon y la idea es
mostrar que los skaters pueden tener un buen vínculo con la
gente del barrio. Así que los esperamos a todos porque va a ser una
fiesta y los elementos de limpieza la escuela los necesita. Después, de
acá a septiembre, hay por lo menos una fecha por mes en el GBA, así que
tienen que estar atentos.
-Para ir cerrando, a pesar de los años, ¿creen que la inocencia es eterna?
-¡Sí, por supuesto! Siento que nosotros como banda no podemos tener
mejor nombre. En algún momento me quise poner más duro y me dije: “Mmm… este nombre”.
Pero después me di cuenta que es buenísimo y me reivindiqué de lo que
pensaba. Llamarnos así habla de un estado que vive en la persona, y creo
que nosotros mismos somos muy inocentes en muchos aspectos. Siempre
fuimos muy bien intencionados y actuamos de buena fe, y eso a veces te
trae dolores de cabeza. Pero por suerte, las mayorías de las veces ser
así te trae grandes satisfacciones. Entonces, ¡bienvenido sea! ¡Eterna
inocencia a full!
*Sábado 4 en el Teatro Vorterix, Federico Lacroze 3455. A las 19.
"Movimiento Babasónicos", la muestra de Martín Bonetto
De
fanático a trabajar con ellos. El fotógrafo desembarcó con su
exhibición en Mar del Plata, ciudad en la que también brindó una
conferencia explicando cómo nació la idea.
Mar del Plata brilló radiante, el 19 de febrero pasado, en un fin de
semana por demás caluroso. La playa pidió a gritos ser visitada y el
agua, que suele espantar por sus bajas temperaturas, acompañó el
bienestar. Dentro de una de las salas del Museo Mar, sonó “Parafinada”, una de las canciones que acompañó la muestra Movimiento Babasónicos, del fotógrafo Martín Bonetto.
Las imágenes retratan, en su mayoría, los últimos 15 años de la banda
oriunda de Lanús, donde sus producciones más grandes, sus giras
interminables, sus locuras, sus delirios y su intimidad como grupo, son
compartidas para que todos los conozcamos un poco más, permitiendo al
visitante ingresar al espectador a un mundo paralelo
Mientras los temas transcurren, repasando la discografía del grupo
(desde “Antonio Fargas” y “Cuello Rojo” hasta “Malón”), se divisan
retratos de los músicos, arriba y abajo del escenario. Y es que Bonetto tiene esa capacidad de captarlos siendo los artistas y no la persona que son. Por ejemplo, se puede observa a un D’argelos súper lookeado en un baño que jamás supo del poder de Mr. Músculo, o la banda recorriendo todos esos lugares de México, donde tan amados son.
A modo de presentación oficial (la muestra abrió el 7 de febrero), Bonetto brindó una conferencia junto a la diseñadora Carla Capaccioni, de Circo Diseños
(colaboró en la muestra aportando unos muñecos de los músicos, que se
encuentran a la venta en la Fanpage de su local) para hablar un poco de
la exposición. “Babasónicos es una banda para muchos que estábamos perdidos”, aseguró con orgullo. A su vez, confesó que la muestra se llama Movimiento Babasónicos porque consideró que la banda en sí, simplifica un patrón de gustos y un conjunto de identidades.
“Hay fotógrafos que tienen más técnica y sacan mejores fotos que
yo, pero ellos (Babasónicos) deben sentir el amor que tengo por la
banda. Más allá de mi trabajo, tengo la pasión de lo que hago por ellos”, reconoció Bonetto sobre su trabajo. Además de contó anécdotas de su etapa como fan y la inspiración que los retratos del fallecido fotógrafo Jorge Truscello le generaban.
“El trabajo en el Teatro Colón fue de lo más difícil que me tocó
hacer. Uno siempre muestra al artista sobre el escenario. Acá, el chiste
era el lugar, no la banda. Sin tantas luces, fue un laburo que me costó
mucho”, reveló al respecto de la última gran experiencia babasónica en la ciudad de Buenos Aires.
“Comopúblico, disfruté muchos dos recitales: uno, en el
que tocaron sobre el Río Sena en una balsa; y el otro, en las Ruinas de
Tajín, en México. El segundo me pareció espectacular por la energía y,
sobre todo, porque un chamán los autorizó para que tocasen ahí. No
cualquiera puede hacerlo”, resaltó entusiasmado. También, habló
sobre el amor de los mexicanos para con la banda, lo masivos que son
allá (mucho más que en su tierra natal) y lo normal que es para el grupo
ser tan argentino como mexicano en su forma de actuar.
“Dejó de ser la banda rara. Pasó la frontera a popular. Hay
muchos grupos que tienen un mensaje que no me gusta para las nuevas
generaciones, y prefiero que Babasónicos sea el referente para los
chicos”, escupió con sutileza, fuerza y total sinceridad.
Antes de retirarse, un bebé lloró en el medio de la sala, y el fotógrafo sónico aseguró con una sonrisa: “Conozco
a la mamá de esa criatura, y es fanática de la banda. Ella se va a
encargar de transmitir el amor por el grupo. ¿Ven? Hay Babasónicos para
rato”.
Si bien la muestra ya fue presentada en el Provincia Emergente, en
julio del año pasado, esta vez la exposición pasó tres semanas, del 7
al 28 de febrero, en Mar del Plata. El próximo destino será Rosario, en
marzo, y recién para abril de este año, la trasladarán a la Ciudad de
Buenos Aires, en un evento a confirmar en la Usina del Arte.
¡Nada
cambió el Punk Rock! Expulsados sigue tan vigente como antes, y desde
su base de operaciones, nos contaron cómo fue la grabación tumultuosa de
su última placa, "Suicidas y Sicarios", qué esperan de este 2017 y del
festipunk que se traen entre manos con Cadena Perpetua y Embajada
Boliviana.
Es un martes de enero en Buenos Aires. Los bondis vuelan en hora
pico, y el andar se hace menos pesado porque la ciudad está casi vacía.
Boedo sigue tan barrio como siempre, y a pasitos de la gloriosa pizzería
San Antonio, Seba Expulsado explica el nombre de la banda, de por qué siendo adolescentes se autoproclamaron punks y Expulsados de la sociedad con el primer baterista del grupo, mientras Sikus y Gabriel escuchan atentamente.
-El año pasado editaron “Suicidas y Sicarios”, su última placa de estudio, ¿cómo fue la elaboración?Sikus Expulsado:- ¡A los ponchazos! Pero le pusimos mucha garra…
Seba
Expulsado: -La elaboración fue larga y complicada. Pasó por varias
instancias de grabaciones ya que pasamos varios momentos turbulentos,
entre ellos, cambios de integrantes, y hasta el robo del disco grabado.
Todo lo que puedas imaginar, le pasó a Expulsados en el camino. El
último disco, Retrato de un cazador, había sido editado
en 2009. Pero más allá de los contratiempos, que el álbum ya este en
las calles, es una satisfacción doble por todo lo que pasó. Tiene mucho
esfuerzo, y quedó muy reflejado.
-¿Cómo fue que se escaparon con el disco? ¿El “ladrón” tenía relación directa con la banda?Seba:
-Era un “amigo”. Lo pusimos dentro del proyecto porque andaba sin
laburo. El tipo se piró y reaccionó de esa manera. En un momento, lo
fuimos a buscar y se lo tragó la tierra.
-¿No colgó ninguna canción en la web?Gabriel
Expulsado: -No subió nada. Mirá si fue bien loco que un día voy a la
casa a buscar el material, y la estaban tirando abajo, y haciendo un
edificio… No sabemos ni dónde vive ahora.
-¿Por qué se llama “Suicidas y sicarios”?Seba:
-El nombre lo fuimos ideando con todo lo que vivimos en la etapa de
preparación del disco. No sólo por la situación que vivimos, sino
también, el contexto político nacional y mundial, la idea del hombre de
generar guerras, destruir el planeta, ocultar las cosas que de verdad
pasan. La maldad como base principal de todo. Pero la maldad estúpida:
porque lo de matarnos a nosotros mismos, es la estupidez misma. Ahí
surge lo de “suicida” porque el hombre se está matando así mismo, y es
“sicario” porque es asesino de si mismo. Fue un momento de decirnos:
“¡Qué pelotudos somos!”.
-Más allá del esfuerzo y los huevos que le pusieron al disco, ¿qué creen que tiene de diferente con los demás discos?Seba:
-El disco mantiene esa esencia del Punk del ’77, que es el estilo que
manejamos como base para hacer nuestra música. Además de eso, los fuimos
complementando con lo que escucha cada uno de nosotros. Tiene elementos
muy diversos. Más allá de que podés encontrar aires sesentosos o de
otros ritmos, la raíz es siempre la misma.
-El disco lo presentaron en el Teatro Flores, en diciembre del año pasado, ¿cómo fue esa fecha?Sikus:
-Con toda la vorágine que representó el 2016 para nosotros, la fecha
fue muy especial. Fue a las corridas, pero salió muy bien. Estamos
contentos porque tuvo una respuesta muy buena por parte de la gente.
Nos apoyaron mucho. Pudimos repasar gran parte de la discografía de
Expulsados, y hasta hicimos que la gente eligiera algunas canciones del
setlist. Fue un desafío muy lindo.
-Recordando aquella típica pelea entre Punks y Stones, y
siendo referentes del Punk Rock local, ¿cómo fue el ingreso de Sikus a
la banda, sabiendo que venía de tocar con Jóvenes Pordioseros?
¿Recibieron críticas del público?Sikus: -De chico, arranqué
tocando Punk. Quizás, cuando uno es chico es medio boludo, te ponés un
poco sectario, te encasillás en un estilo, y criticás a los demás. Si
bien es verdad que me fui para otro lado, para mí, entrar en Expulsados
fue volver a las raíces. Fue tener otra vez 15 años, ir a ver a los
Ramones, flashar con ellos, ver la movida Punk que había acá. Uno crece,
y va escuchando otras cosas que también te empiezan a llenar. Pero la
verdad que la gente me trató re bien. Y si bien de la banda, al que más
conocía era Seba, el trato fue igual de bueno. Casualmente, hablando de
esta pica y para erradicarla un poco, nos conocimos en el 2001, con
Seba, en una fecha que hicimos en Cemento, en el que se subió a cantar
un cover de los Rolling Stones. Y pegamos buena onda porque
escuchábamos lo mismo.
Seba: -Lo que motiva también a generar esas
divisiones, es que cuando crean algo así, lo repiten en todos lados, y
uno empieza a creer que existe cierta rivalidad. Pero hasta los Ramones
hacían cover de los Stones. La raíces del Punk son las del Rock ‘N Roll,
y lo que al fín y al cabo sucede, es que las letras y la música que
alguien compone, con más o menos distorsión, lo único que importa es lo
que genera en la gente, y si la banda siente lo que está tocando.
Sikus:
- También creo que fue una época. Antes era todo más sectario. Tienen
que ver con los años. Veníamos de una dictadura. Los Violadores venían a
abrir un poco la cancha, y esa libertad que nos invadía, sacó todos
esos rencores y odios contenidos por muchos años. Después todo se
disipó, y hoy en día, por ejemplo, los festivales son variados, y si
tenés la cabeza un poco más abierta, podés disfrutar muchísimos estilos.
Seba:
-La realidad es que si no te gusta, no lo escuchés. Muchos tienden a
tirar violencia encima cuando algo no les gusta. Eso es estupidez. ¿El
mundo, el país, la política no son bastante violentos para generar
todavía más odios y rencores? Yo siento que es gente que realmente no le
gusta la música. Uno tiene que seguir a sus bandas, y si uno no te
gusta, descartala, ¿qué te importa lo que hacen si no te gusta?
Gabriel:
-Respeto, siempre. Eso de “tocan mal, no me gustan”. Ni que fueras
director de orquesta para juzgar el laburo de los demás.
Seba: -Las
generaciones crecieron y se dieron cuenta que había que escuchar de
todo, y que esucchar a los Rolling Stones no estaba mal. Antiguamente,
Ricky (Espinosa, fallecido ex líder de Flema) subía a cantar temas de
los Stones porque era fanático y, muchas veces, a la gente no le gustaba
y él se la bancaba igual. O por ejemplo, hoy, te ponés a ver el
recorrido de Attaque 77, y pasó por muchos más géneros y les fue muy
bien. Acá se vendió la violencia del Punk, por los (Sex) Pistols, y esa
actitud que les obligaban a hacer a los tipos.
-¿Y el público que los va a ver a ustedes cómo los ven?Sikus:
-La gente es bastante variada. Existe una diversidad que está buena,
porque las barreras se fueron rompiendo. No hay sólo punks. Hay algunos
que hacen pogo, otros que disfrutan el show de costado. Lo importante es
que vengan y salgan realizados con el show que les brindamos. Es mi
pensamiento, lo que yo buscó cuando voy de público a algún concierto.
-Este año, se cumplen 30 años del primer show de los Ramones
en Argentina, ¿qué creen que tenían como banda que los hacía tan
especiales en estas tierras?Seba: -En Sudamérica, son los
Ramones, cuando se habla de punk. Ellos eran quienes decían en sus
letras. Podían ironizar con algunos temas, pero no te contaban
cualquier cosa. Eran tipos como uno: con campera de cuero, unos jeans y
no necesitaban escenografía ni fuegos artificiales: su encanto era tocar
sin parar. Por esa razón, esa juventud que creyó en ellos, fue por su
simpleza. Sin ir más lejos, Forest Hills, su barrio natal, es como
cualquier barrio de acá: inseguridad, clase trabajadora. Existen ciertas
similitudes. Además, de ser una gran banda, ¿no? En vivo eran súper
completos, no pifiaban una, tenían grandes canciones.
Sikus: -La
gente se sentía identificada con ellos, porque estaban hartos de ver
todo lo pomposo que el auge del Pop proponía. O esas bandas súper
virtuosas que tocaban tres horas, y hacían seis temas. Estos locos eran
re comunes, y en dos horas te metían 30 canciones.
Gabriel: -¡No te
dejaban ni respirar! (risas). Vos querías salir a respirar en el pogo, y
no podías porque enseguida venía otro temazo.
Seba: -Cuando te gusta
mucho Ramones, nunca te deja de gustar. Por más que escuchemos
muchísima música y estemos tocando otro estilo, siempre volvés a agarrar
un disco de la banda, porque es anti comercial y totalmente distinto a
todo. Algunos lo tildan de sencillo, de tan sólo cuatro acordes, pero
vos te ponés a tocar el estilo, y los tipos con el minimalismo y la
sencillez, logran lo que otros logran con 10 mil acordes más. Ramones
te genera eso que bandas como Dream Theater, con toda la complejidad que
poseen, no te dejan.
Gabriel: -Yo quiero que analicen las
estructuras de sus canciones y vean que no son tan sencillas. Podés usar
virtuosismo de tocar 70 mil notas, pero tocar dos notas así, no es tan
fácil.
-¿Van a participar de la fecha con homenaje con C.J y Richie Ramone?Seba: -Me invitaron a participar del homenaje. Así que estoy muy entusiamado con eso.
-¿Qué sienten que después de 23 años de carrera sigan siendo una banda referente del género Punk local?Seba:
-Dejar de tocar es algo que no pienso, porque nunca lo podríamos dejar
de hacer. Toda nuestra vida hicimos esto, y si lo dejaría de hacer,
sentiría un vacío inmenso. Por suerte, la música nunca te suelta. La
vigencia tiene que ver con hacer las cosas de forma sincera. No armamos
un producto para vender, o algo para generar mucha plata. Cuando se hace
de corazón, la gente siente eso. Acá no sólo estamos para tocar, somos
un grupo de personas que nos contenemos cuando uno está bien, cuando
está mal. Somos un grupo humano y eso también genera música.
Gabriel:
-Nosotros esperamos el día que nos toca tocar, con mucha alegría. Podés
estar enfermo, con dolor de muela, pero subís al escenario, y te
olvidás de todo.
Sikus: -Elegimos este modo de vida. A veces, se hace
difícil pero es lo que nos gusta. La banda está tan vigente porque la
gente ve que lo que hacemos, va con el alma.
-¿Creen que les queda algún sueño por cumplir como banda?Sikus:
-Antes hablábamos de los Stones, y todos los tildan de que lo hacen por
la guita. Yo creo que lo hacen porque les gusta. ¿Qué necesidad tienen
de salir a tocar si ya están hechos y tienen más de 70 años? El sueño
pasa por seguir tocando y grabando discos, hacer que tu mensaje llegue a
más gente, y seguir logrando esa combinación de cosas para seguir en
carrera.
Seba: -Hay que disfrutar cada una de las metas que como
banda tenés. Todos piensan que la meta es River. ¡No! Primero, la meta
de grabar el disco. Después, la de presentarlo. Si no disfrutás las
pequeñas metas, sos infeliz con tu vida. Y hasta quizás, después tocás
en River, y te da igual, porque no disfrutaste todo lo anterior.
-Hoy tocan con Cadena Perpetua y Embajada Boliviana, en Groove, ¿cómo preparan la fecha? Seba: -Son dos bandas a las que queremos mucho y va a ser una fecha tremenda. Tenemos un set interesante.
-¿Cómo sigue el año para Expulsados?
Seba:
-Vamos a andar por el Cosquín Rock, la primera fecha del festival.
Después, hay posibilidades de ir al sur del país, presentando el disco
nuevo. Y tenemos como objetivo, volver a Mexico. Allá, le gusta mucho la
movida del punk argento, y siempre que fuimos nos trataron muy bien.
Pero la idea es girar mucho, y llevar “Suicidas y sicarios” a todos
lados.
La
previa del cumpleaños de Fernando Ruíz Díaz fue la primera fecha del
doblete de verano de Catupecu Machu en Vorterix. Con la experimentación
de siempre y un crecimiento notable, la banda de Villa Luro sigue tan
intacta como cuando empezó y, más allá de los golpes que les dio el
destino, el corazón está más fuerte que nunca.
Un jueves de calor agobiante era la antesala del 12 de enero de 2017, primera de las dos funciones. El Vorterix se empezó a llenar y para las 21, ya no entraba nadie. Puntualísimo, Catupecu Machu
salió a comerse el escenario al ritmo de “La Piel del Camino”, canción
que marcó el inicio y sellaría el final. Le siguió “Confusión”, ese tema
oscuro que en vivo lleva una fuerza que no posee en estudio y en dónde Fernando Ruíz Díaz promete ser un ángel enfermo, te desea todo y más.
El primer momento vintage llegó con “Perfectos Cromosomas”, quizás
una de las mejores canciones de Catupecu, en una versión algo distinta
pero con la misma magia de la original. La misma estuvo enganchada con
frases de “Los Tres Deseos”, de su álbum debut Dale!, de 1997. Para seguir en tono a la noche, el ultra hitazo “En los sueños” fue coreado por todo el recinto de Colegiales.
“Con los años fue tomando más valor, pero recuerdo cada pedazo de esta canción: cómo la compuse, todo”, dijo Fernando, casi como en tono de sobremesa. El grito de “Fui semilla alguna vez enterrada viva y puedo ser la pura sabia y florecerlo” dejaba en claro que venía “Entero o a Pedazos”, otro de esos clásicos catupequeros
de principios de siglo editado en Cuentos Decapitados, ese disco que
los llevó a Obras. Un momento por demás emotivo, con una versión
espectacular.
“Cuadros dentro de cuadros”, que fue mechado con frases de “Hablando a
tu corazón”, de Charly García, y “Complicado y aturdido”, de Los
Pericos, sirvió como previa de un debut inesperado: una Yamaha Flying
Samurai. Fernando contó la locura por conseguirla, y se despachó sólo
frente al público con un puñado de canciones sensibles. La primera fue
un momento tremendo: emocionado, interpretó “Cosas de goces”, dónde
contó de dónde habían nacido varias de las frases de la canción dedicada
a su hermano Gabriel, y siguió con “Para vestirte hoy”, el tema que
interpreta con Lisandro Aristimuño.
La fuerza volvió con “Origen extremo”, una canción que le queda perfecto al Catupecu moderno, dónde las máquinas de Macabre le
dan una potencia alucinante. El público ya no es como el de antes: el
nuevo disfruta más el viaje sideral que la banda expone que el
salvajismo del pogo. Pero para cuando interpretaron “Acaba el fin”, todo
termino en una gran olla de cuerpos danzando en el viejo teatro.
“Este tema lo grabé en el estudio de Zeta Bosio”, contó un
Fernando sonriente que no paró de charlar con la gente, antes de
despacharse con “A veces vuelvo”. Para esta canción, Sebastian Cáceres en el bajo y el ahora baterista Agustín Rocino,
se robaron el protagonismo. El mega cantado “Magia veneno” fue como
volver al 2004, poner cualquier radio y escucharlo sin parar.
“Quiero agradecerles a Tania y Ceci, las enfermeras de Gaby.
Ellas son guerreras. Lo cuidan a él, la cuidan a mi vieja. También a mis
amigos, a mi familia, a todos los que trabajan con nosotros. Ellos
también son héroes anónimos”, dijo Ruíz Díaz desde el escenario.
Previo a interpretar “Plan B: Anhelo de Satisfacción”, cover de Massacre
, contó que su hermano Gabriel iba a ser el productor de “El Mamut”,
disco que lleva a la masividad a la banda liderada por Walas, pero que,
post accidente, fue producido por Juanchi Baleirón.
Ante la sorpresa de muchos, ya que estaba anunciada como una fecha
sin invitados, el propio Baleirón apareció con una guitarra a
interpretar esta canción. La versión fue por demás estupenda, el grito
con el alma de Fernando"¡Me haces falta!” del estribillo fue
emocionante y el solo de la canción a dos violas y con Juanchi
terminándolo con los dientes, fue algo imborrable para marcar a fuego la
noche.
Cuando más de uno se preguntaba cómo seguir, la banda tenía su himno a
punto de estallar: “Dale!”. Ahí fue cuando todo se descontroló, la
ronda fue gigante y todos entendieron, que a pesar de los años, unos de
los mejores pogos del país no va a cambiar nunca. Para terminar la
versión bien al palo, un Macabre encendido saltó desde los teclados para
cantar “Blitzkrieg Bop”, de los Ramones, así que todo terminó con un “Hey! Ho! Let’s Go!”.
Un hablador Fernando despidió la noche contando cómo su hija Lila
pasaba de cantar Kiss a El Pepo, el cantante bailantero de los últimos
tiempos. Entre risas, se despacharon con “Y lo que quiero es que pises
sin el suelo”, uno de los hits más inoxidables del Rock argento, mechado
con “Eso vive”, otro clásico de la banda. Sólo quedaba tiempo para el
saludo final, la presentación de los músicos incluido Gabriel como uno
más, y para mostrar en público el vídeo oficial de “La Piel del Camino”.
Un trabajo que cuando empiece a rotar, va a dar que hablar.
Catupecu Machu es una banda madura. El destino la golpeó pero
se mantuvo de pie, y la presencia de Gabriel se hace sentir todo el
tiempo. A pesar de la oscuridad y la seriedad que hoy poseen, el
salvajismo sigue ahí, siempre a punto de estallar. ----------------------------------------------------------------------
En
un nuevo aniversario de la partida de Pappo, El Bondi quiso recordar su
leyenda hablando con sus seres queridos. Ricardo Mollo, Rolando
Castello Jr, Alejandro Medina, Vitico, su hijo Luciano Napolitano y el
Ruso Verea, recuerdan su vida junto al Carpo.
Madrugada del 25 de febrero de 2005. Los teléfonos suenan, los
rumores se esparcen por el aire y los arcaicos mensajes de textos vuelan
de acá para allá, hasta que la placa roja de Crónica Tv lo confirma y
con la crudeza que lo caracteriza congela los corazones: “Falleció el
músico Pappo”. De inmediato la tristeza ahogó todo: después de ese
accidente en Luján, su moto no volvería a rugir, su guitarra no volvería
a llorar después de cada nota.
El héroe del Blues Local (e
internacional) se había ido para darle un punto final a la profecía
autocumplida que había iniciado en una letra diez años atrás (“Voy viajando, en un tren azul, y a mi lado, las estrellas de blues”, cantaba el Carpo en "Tren Azul" -Pappo‘s Blues Volumen 8, Caso Cerrado, 1995-), y que ratificó en la portada de su último álbum, Buscando un amor
(2003), donde un Pappo ilustrado como un Cupido tuerca, tocaba para
Muddy Waters, Stevie Ray Vaughan, Robert Johnson, John Lee Hooker y Jimi
Hendrix, en un cielo de ángeles al que se sumaría en 2015 su amigo y
mentor, BB King.
En un nuevo aniversario de su partida, El Bondi
quiso recordar junto a sus amigos, su familia y sus músicos, el
gigantesco camino musical -Los Abuelos de la Nada, Los Gatos, Pappo‘s
Blues, Aeroblus y Riff- que Pappo dejó bajo su estela, antes de que su
estrella se apagara. Porque no solo se extraña su música, también está
ausente su sinceridad barrial y sus frases karatekas defendiendo lo que
llevaba en sus venas: “Los países del mundo que están bien, sin
problemas, escuchan blues y rock and roll. Los países que caen en
desgracias escuchan cumbia.” Pappo auténtico.
Ricardo Mollo: “¿No te pasa que hay cosas del negro Hendrix que todavía no sabés cómo carajo las tocó?”
Ricardo Mollo desde chico tuvo una fuerte afinidad con
Pappo. El Carpo lo marcó como guitarrista y escuchar su disco debut fue
como una epifanía: “Lo que me pasó con Pappo Vol I fue
encontrar un guitarrista que era argentino y que tocaba como los que yo
escuchaba, que eran Jimi Hendrix y Eric Clapton en la era Cream. En
simultáneo junto con Frank Zappa escuché a Pappo y ahí decidí comprarme
un wah wah. Fue tremendo, encontrar esas escalas de viola, esa manera de
tomar esa música, hecho por alguien de acá y con letras de acá. El
primer tema que se saqué de ese disco fue ‘El Viejo‘ que era el más
fácil, el último, el que más me costó, fue ‘Algo ha Cambiado‘".
Mollo repasa la creación del gran cover que hicieron con Divididos de un tema de Norberto. "Preparando el disco Pappo & Amigos (2000)
tuvimos mucho ensayo previo en la sala, después fuimos al estudio y
cuando llegamos, Pappo no estaba, así que grabamos como se nos ocurrió.
Cuando llegó ya teníamos todo resuelto, por las dudas yo había grabado
los dos solos de guitarra para que él decida si quiere tocar acá o allá.
Pappo se sentó en el control, escuchó la versión y dijo: “No hay que hacerle más nada”, “¿Pero qué, no vas a tocar?”, “No, esto está bien así”
(risas). Yo toqué parte del solo de ‘Algo ha Cambiado‘, que era lo que
yo quería tocar y no ‘Sucio y Desprolijo‘, pero como ya la habían
elegido, por lo menos no me quedé con las ganas…"
El líder de
Divididos se abre y descubre su intimidad con Pappo desde el escenario
hasta su familia. "Me acuerdo una noche/madrugada en Dr. Jekyll, un bar
de Belgrano, apareció Pappo, zapamos un rato y ahí tiró la típica del
Carpo: pasó la mano por todas las perillas del amplificador y puso todo
en 10. Eso es lo que le enseñaron “si subís a tocar y no hay tiempo no de probar, poné todo en 10”
(risas). Otra vuelta, un domingo mis hijas aprovecharon a pasar el día
en la sala, porque ese fin de semana no ensayábamos; entonces al
mediodía pasé para comer con ellas, y estaba Pappo… charlando con mi
vieja (risas), fue muy fuerte porque años atrás lo había echado de casa.
Fue en el ‘80 más o menos, apareció con mi hermano haciendo cosas de la época y
los rajó. Pero ahí estaba, tomando mate con mi vieja. También teníamos
grandes charlas de guitarristas, porque todavía era un pibe buscador,
para él no estaba todo dicho, siempre había algo más para encontrar,
algún sonido. Una tarde, con una guitarra cada uno, me dijo: “¿Che no te pasa que hay cosas del negro (hablando de Jimi Hendrix) que todavía no sabés cómo carajo las tocó?”, “Sí, muchas”(risas), “A mí también, me pasa”.
Y por eso era tan especial, por esos momentos de iluminación, por
mostrarte ese mundo y esos sonidos. Tenía la particularidad de
expresarse con la guitarra de una forma muy directa, como Hendrix, hacía
tres notas y eso te conmovía. Era carismático, con un talento y un don
muy especial, por eso lo podés poner en ese lugar donde están los
grandes maestros".
Ruso Verea: “Pappo Tenía una naturalidad difícil de entender, cero estrellato”
El periodista fue uno de los pocos privilegiados que –realmente-
estuvo en el primer show de Riff en Sala 1 allá en la calle Boulonge Mer
Sur, casi Corrientes, y recuerda: “La sensación que me llevé de ese
primer show de Riff fue que Pappo había armado una banda de rock and
roll pesado, eso más allá de todo lo que le conocíamos, porque Pappo ya
era realmente pesado tocando blues, pero había armado una banda de rock
pesado. La imagen de Vitico era muy fuerte y el grupo con Boff
(Serafine) sonaba terriblemente contundente".
"Si tuviera que
presentarle a Pappo a alguien de otro país u de otro planeta, creo que
la mejor manera de definirlo sería: ponerles un tema y explicarle que
era un tipo que soñaba con correr en auto, que tenía todo lo que hay que
tener en un barrio de Capital Federal alejado del centro, que era
amante de Peter Green y sus melodías, que tenía todos los dedos
engrasados porque el encanta estar sobre los fierros, pero que tenía una
sensibilidad incomparable".
Pappo y el Ruso tienen una anécdota
muy conocida y desopilante, donde el Carpo lo ayudó a cocinar en su
parrilla del centro cubriendo a un parrillero que había faltado. Con ese
hecho como punto de partida, Verea vuelve a resaltar su sencillez:
“Pappo tenía infinidad de acciones de un tipo simple. Él podía terminar
de hacer un Obras lleno, bañarse, y en vez de irse a una fiesta o a
regocijarse con lo que había pasado con el público, decía:´No, me tengo que ir, le prometí a fulano que iba a tocar´,
y se iba a tocar a un bar para 70 personas porque lo había prometido. A
Pappo lo convocabas como lo hicimos nosotros parar la Unión de las
Tribus que armaron para hacer la Bon Scotch (banda tributo a AC/DC) con
Osvaldo Civile (V8 - Horcas), y jamás se habló de plata. Tenía una
naturalidad difícil de entender, cero estrellato. Ahora, enojado y
escabiado…lo llevo a tu casa".
Jugando con la imaginación y ante
la posibilidad de Pappo de poder haber tocado en Motorhead -zapó con
Lemmy en Inglaterra pero tuvo que volver por problema de papeles antes
de que se arme la banda- el Ruso certificó: “No hubiera cambiado porque
Motorhead era Lemmy, ahora, hubiera sido genial ver a un argentino,
formando parte de Motorhead y más a un tipo como Pappo, pero no pasó”.
El
Ruso laburó como parte de la crew que ayudó a montar el escenario de
aquel show de Riff en Ferro de 1983, bajo el slogan “Riff despide el año
sin cadenas”, pero que igual terminó en desmadre con la gente
invadiendo el campo, tratando de subir al escenario y con el Ruso
atajando botellas a la altura de la cabeza de Danny Peyronel. Verea
rescata una anécdota dentro de tanto lío. “Me toca ir a buscar a Pappo
para que calme a la gente, me dice ‘¿Están re locos?‘ ‘No, no tenés idea, lo único que quieren es subir al escenario, afanar cosas, estamos a las trompadas con medio mundo‘.
Entonces sube al escenario vestido como iba salir a tocar, con su
pantalón de cuero. Y en el medio de la locución uno va y lo escupe, se
mira la escupida y le dice: ‘¿Qué haces por qué me escupís, ¿qué sos, punk? Yo no soy‘
entonces todo el mundo aplaude y ovaciona por la guerra entre los punks
y los heavys que había en esa época; Pappo seguía hablando sobre la
fiesta que habían preparado y que todo tenía que ser en paz. Se estaba
yendo en medio de una ovación, pero vuelve, agarra el micrófono, junta
saliva, y escupe al que lo había escupido antes y le dice: ‘Me la debías‘, se fue a la mierda y la gente deliraba".
Alejandro Medina: “Eso es el Carpo ¿viste?, es un pedazo del pueblo”
Después de haber fundado las bases del Rock Nacional junto a Manal, y
después de haber formado parte de La Pesada del Rock and Roll, los
caminos de la vida volvían a cruzar a Pappo y a Alejandro Medina, ahora
en un poderoso trío llamado Aeroblues, y a raíz de eso, el bajista
recuerda su última charla con el Carpo. “Estábamos en el programa de
Badía en ATC, antes de ir a Cosquín, hablamos muy poco, pero me dijo que
tenía ganar de juntar de nuevo Aeroblues , y despuès no hablé más con
él". Cuando se le consulta sobre cómo hubiera sido esa reencarnación de
Aeroblues, se muestra transparente y directo como siempre: “Si hay algo
que yo no manejo es el Pretérito Pluscuamperfecto, que hubiera sido, que
hubiera pasado, eso conmigo no va. No sé qué hubiera sucedido. Solo sé
que después partió y sufrí mucho, y me dio mucha tristeza; por suerte su
música está en los discos, en la radio y en nosotros que la tocamos.
Pappo está en mi memoria como un gran hermano, un compañero, alguien que
nunca olvidaré. Su música está viva en la gente, porque está en el
corazón del pueblo, eso es el Carpo ¿viste?, es un pedazo del pueblo".
Medina
que también formó parte de Pappo‘s Blues como invitado en el 2002,
describe la personalidad que pintaba al Carpo de pies a cabeza: "Era un
tipo franco, directo, simple, meditativo, muy inteligente, un hermano,
buen compañero; un loco como hay que ser para estar en el camino de la
notas. Porque hay que ser un loco total. Tenía un temperamento fuerte
pero no entre nosotros, sólo con algún tonto, siempre hay que ponerse
fuerte con algún tonto, ¿viste?, pero era un tipo tranqui, al contrario
era muy divertido. Él era él. A Nito Mestre le decía “Ni lo Muestre”,
decía que Moris un día iba terminar internado en un psiquiátrico porque
lo iba a perseguir un oso. Un cago de risa". Viajando al pasado todo su
vuelve borroso y Medina hace uso de su ácido humor “¿La primera que
tocamos juntos? Mmm... yo tenía 18 años y él 17, así que no me
acuerdo... ¡hace un pedazo, hermano! " (risas). Ante la pregunta de ¿Por
qué no hubo otro como él? Vuelve a ser certero: “Eso pregúntaselo a
Dios. No todo el tiempo nacen genios.”
Luciano Napolitano: “Cuando manejo los autos clásicos que heredé de mi viejo, no puedo evitar poner canciones de él”
Lo clásico sobre lo moderno, el Rock transmitido genéticamente y los
autos hechos para toda la vida. Eso explicaría lo que Luciano
Napolitano, el hijo del Carpo, tiene como la pesada herencia
por parte de su padre. Mientras lleva con orgullo el comando de Lovorne,
su banda de Hard Rock, defiende su legado familiar. “Somos una banda
con temas propios que, además, reinterpreta temas de mi papá. No somos
una banda de covers: es simplemente una consecuencia familiar, porque
amo esas canciones y las llevo en el alma”. Y esa llama se mantiene viva
ya que su hijo no deja que se apague: “Tengo un proyecto personal que
quiero llevar a cabo cuando terminemos la gira con Lovorne, un homenaje a
Pappo en concierto (1984) y a Plan diabólico (1987) de la época de Hoy no es Hoy.
Son dos discos en los cuales participó “Locomotora” Espósito, quien
falleció el año pasado, y que fue parte tanto de Lovorne como de Pappo’s
Blues; y que además era el padre de Adrián, nuestro baterista. Es un
homenaje a nuestros viejos. Por eso, vamos a invitar a Boff Serafine,
guitarrista de Riff que participó en la grabación de estos dos álbumes.
Este monstruo al que mi viejo siempre recordaba porque resaltaba la
perspectiva de metal pesado que Boff le da a todo lo que hace. ‘Cuando él está, suena bien, pesado, y como Riff‘.
El disco va a tener una gran combinación: una viola Napolitano, una
batería Espósito, a Boff y al bajo de Marcelo Bracalente, que es un
animal en lo que hace”.
No obstante lo cual, los fierros no
pueden dejar de ser parte de la charla cuando Luciano abre su boca:
“Cuando voy manejando todos los autos clásicos que heredé de mi viejo,
no puedo evitar poner canciones de él, estos fierros que, al fin y al
cabo, andan mejor que los nuevos” (risas). Y su hijo también se hace un
tiempo para un recuerdo más intenso: “Lo que más disfrutaba junto a mi
viejo era ir a ver bandas. Nos gustaba mucho ir a ver a Marcelo, nos
encantaba Jerikó, su grupo. Hoy en día, él es parte de mi banda y para
mí es un orgullo gigante. Siento que queda todo en familia”.
Rolando Castello Junior: “La diferencia entre el rock argentino y el brasileño es que ustedes tuvieron a Pappo”
Rolando Castello Junior fue baterista de la mítica Aeroblus, allá por
el año 77, en plena dictadura militar argentina. “Elegimos el peor
momento para armar una banda”, comentó hace poco en una entrevista que
se le realizó en este medio.
Castello hace una pausa para hablar
del Carpo, lo piensa y recuerda: “Era un amigo muy divertido. Lo que
más marcado tenía Pappo, que era una cosa muy bonita, era la manera de
sonreír, tenía como una carcajada enorme con toda esa voz... Era muy
bonito, un amigo muy generoso, muy cariñoso. En los ‘70 tenía la fama de
ser un tipo pesado, pero quizás era una autodefensa suya, porque en
verdad era un tipo muy noble, generoso con los amigos. Siento muchísimo
su falta”, agrega, mientras aparece un dejo de nostalgia.
Un
claro ejemplo de esa generosidad estaba presente en que Castello dormía
en la habitación de Pappo, en su casa de la calle Artigas. Luego, el
Carpo se casó y “tres en una habitación ya éramos muchos”, cuenta entre
risas el baterista, que luego de la breve experiencia volvió a su Brasil
natal para continuar su carrera con otras bandas.
La figura de
Pappo sigue siendo única, imponente e irremplazable para muchos,
inclusive, cuesta en la actualidad encontrar a alguien que tenga parte
de sus cualidades. “Es como intentar recuperar a Einstein, a Da Vinci, a
Perón. No se puede. Hay personalidades que son únicas, infelizmente”,
lanza Castello, pero deja un hilo de esperanza. “De todas formas,
ustedes tienen un tipo bastante fuerte en la viola como el Chizzo,
aunque ya sabemos que como Pappo nadie va a tocar. Creo que Chizzo
materializa bastante el espíritu rockero que tenía Norberto. Hay miles
de guitarristas buenos en la Argentina, pero la verdad es que Pappo era
un tipo único, no solamente en Argentina, sino a nivel internacional. Yo
siempre digo que la diferencia entre el rock argentino y el brasileño
es que ustedes tuvieron a Pappo”, reflexiona y deja más que en claro que
el Carpo dejó una huella imborrable.
Víctor "Vitico" Bereciartúa: "Alguna vez le dije, equivocadamente, ‘Pappo, vos no tenés que cantar‘"
Un hombre habla de su mejor amigo y no deja hacerlo con una sonrisa.
Sostiene que para poder lograr un vínculo como el que ellos tienen, no
importan las diferencias geográficas, ni las clases sociales, sino sólo
el buen humor que los cacteriza a ambos y los hermana en el sentimiento.
Víctor “Vitico” Bereciartúa habla de Pappo en presente y dice no
festejar ni recordar nada en esta fecha, sino que lo hace todos los días
10 de marzo, el día en que el Carpo nació. “Esto es ley para mí, porque
siempre celebré, y celebro, su vida. ¿Cómo nos vamos a juntar a
festejar un accidente? Esa creo que es una costumbre muy argentina y que
no comparto”, afirma el hombre que supo trovar sobre el escenario, codo
a codo, junto al Carpo.
A la hora de recordar el momento en que
se conocieron, lo hace como si tuviera el momento fresco grabado en su
cabeza. “Fue en un bar que estaba en un sótano. Él estaba con una chica y
yo con otra, pero, así y todo, nos pusimos a conversar y a los cinco
minutos ya estábamos riéndonos”, rememora. Cuando se le consulta por
cómo siguió la historia, hace hincapié en que en ese momento los dos
tenían compromisos asumidos (él en La Joven Guardia y su socio en Los
Gatos) pero que no dudaron en que tenían que hacer algo juntos.
“Equivocadamente, le dije una vez ´Pappo, vos no tenés que cantar´”,
suelta como quien siente algo de culpa por tener la sensación de haberse
equivocado fiero.
La historia se encargó de contar que Vitico
viajó a Inglaterra y zapó con The Who, pero lo que nunca dijo fue cómo
se dio el reencuentro con su amigo. “Víctor, tenemos que hacer una banda
en serio”, fueron las palabras mágicas que aún resuenan en este hombre
de 68 años que, dejando de lado toda falsa modestia, afirma sentirse
responsable de ser uno de los fundadores de una de las bandas más
importantes de la historia musical argentina.
Norberto Napolitano
es el eje de la conversación, pero Riff atraviesa todos los testimonios
como si no pudiera disociarse en el inconsciente de Bereciartúa. En él,
todavía perdura la felicidad incrédula de su amigo provocada por el
canto de la gente que pedía por la fórmula “Pappo- Vitico”, en el Obras
del 83. “Nos hubiera ido mucho mejor en el país”, dice con la sonrisa
socarrona que lo caracteriza.
La charla se hace amena y los
recuerdos comienzan a invadirlo a montones. Dice que Riff fue, es y será
un símbolo de resistencia; rememora las peleas con Daniel Grinbank, que
intentaba posicionar a Serú Girán, y todas las anécdotas de ese estilo.
Sostiene que es imposible una posible vuelta porque “él no está" y que
es imposible recrear la atmósfera que se generaba entre ellos. Además,
agrega con orgullo que su amigo fue el mejor guitarrista argentino
porque tenía el groove necesario para ser el gigante que fue.
La
nostalgia nunca parece afectarlo y comenta que, antes del suceso
fatídico, estaba la idea de volver a meterse en el estudio. “Víctor, we
need each other” (“Víctor, nos necesitamos el uno al otro”), cuenta que
le dijo “El Carpo” una vez en la que dejó mostrarse afectuoso. Para el
final, sólo queda preguntarle qué le diría si lo tuviera enfrente. Se
hace un silencio breve, vuelve a sonreír y suelta: ”¡Que suerte que
volviste! Ahora, que estás acá, estamos mucho mejor”.
El
nuevo disco de la banda contó con la producción de los ex Adicta, Rudie
Martinez y Joaquín Franco. Sus integrantes nos contaron cómo fue la
grabación y cómo preparan la fecha de este domingo en The Roxy Live.
Desintegración se la juega con todo en el circuito Rock/Pop local, con un disco nuevo lleno de energía. El cantante "Pichón" López y el guitarrista Tiago Cerra nos adentran más en su Pulso Mercurio y adelantan cómo será la presentación del disco. -¿Cómo fue la elaboración de "Pulso Mercurio?"
Pichón: -Unimos canciones que teníamos de otros contextos con algunas
nuevas al ver que tenían denominadores comunes. A partir de eso, se fue
develando un concepto que trabajamos a fondo en el Estudio Bacanal.
-Hay una clara mezcla de rock y pop, con sonidos electrónicos
muy presentes en este nuevo disco, ¿cómo forjaron este estilo que hoy
engloba a Desintegración?
Tiago: -Creo que se debe a las influencias y a haberlo elegido
absolutamente adrede. Hacemos la música que nos parece mejor, cuidando
cada sonido y cada palabra que compone un tema nuestro. Ninguna banda
actual escribe como nosotros. La mayoría parece haberse quedado en
buscar lindos sonidos. La poesía y la melodía está olvidada. Nosotros
somos guardianes de la canción.
-Contaron con la producción de los ex Adicta, Rudie Martínez y Joaquín Franco, ¿qué le aportaron al disco?
Pichón: -Rudie y Joaco le dieron frescura, orden y claridad conceptual en lo sonoro. Tiago:
-Ellos tienen una visión experta del género. Potenciaron las canciones
desde lo sonoro y ajustaron lo necesario para que el concepto de groove
atravesara cada canción. Nos conocíamos desde bastante tiempo atrás.
Cuando decidimos que era el momento de grabar el material, levantamos el
teléfono y el resto fue todo muy natural.
-¿Qué diferencias musicales encuentran entre "Pulso Mercurio" y los trabajos que realizaron anteriormente?
Pichón: -En comparación con el primer disco, “Pulso Mercurio” maneja
una cuota de cierto minimalismo en cuanto a la cantidad de elementos que
contiene a nivel instrumental. Además, acentúa un poco más el
desarrollo de lo rítmico. Lo que se mantiene es la raíz compositiva y
estética general.
-Este domingo 26 de marzo presentan el disco en The Roxy Live, ¿cómo preparan la fecha?
Pichón: -Estamos ultimando detalles para dar un show intenso e integral, y contaremos con algunos invitados sorpresa. Tiago:
-Va a ser un recital imponente desde lo visual y lo musical. También
vamos a contar con invitados de lujo. Es el momento para acercarse a
conocer la banda en un punto realmente alto o confirmar por qué te gusta
ir a ver a Desintegración. Va a ser una experiencia, no es un show del
montón.
-¿Cómo ven la actualidad del circuito de rock en la ciudad, tanto en lo musical como en lo estructural?
Tiago: -El circuito de rock está estable, pero las bandas convivimos
con mercenarios que muchas veces manejan lugares y se abusan. Tenemos la
suerte de haber pasado ese escalón y poder trabajar con gente seria y
justa. La ciudad necesita más festivales y convocatorias más abiertas.
La gente necesita poder llegar a música de mejor calidad y que le dejen
de vender basura.
ESTE BLOG ES EL RESUMEN DE TANTOS AÑOS LIGADOS AL PERIODISMO, UNA PROFESIÓN QUE AMO Y QUE ME DIO MUCHAS ALEGRÍAS.
"ENTRE COSAS DEL PASADO, APRENDO A VIVIR EL FUTURO.
ME SENTARÉ TRANQUILAMENTE
Y DEJARÉ QUE EL TIEMPO ME ALCANCE.."