Moz, su majestad.
Casi cuatro años después de su última visita, el histórico
músico Morrissey volvió para hacer uno de los mejores shows que se han visto de
él por estos pagos. El Luna Park, a lleno total, se convirtió en una caldera
rockera que en 1 hora 45, disfrutó de los mejores clásicos del inglés .
Ya se sabía que iba a estar así: desde que anunciaron sus
fechas a mediados de año, que se agotaron las entradas, tanto para el estadio
de Avenida Corrientes y Bouchard como para el Teatro Ópera, pero verlo de
arriba era un espéctaculo estupendo. Así que cataratas de personas inundaban
las instalaciones del lugar.
Como ya es una costumbre de él, musicalizó la previa con muchísima variedad (desde Ike y Tina Turner hasta New York Dolls y The Ramones, entre otros) y para las 21.30, después de la caída del telón repentinamente y el apagón de luces, salía Moz al escenario mientras el punteo de “Suedehead” se apoderaba de todo (y de todos).
Después de “Alma Matters”, el primer momento Smiths se hizo presente, y “This Charming Man” fue la elegida y cantada con euforia por todos aquellos que estaban dentro del estadio. La primera canción de su último álbum editado el año pasado fue World Peace is None of Your Business, casualmente la que le da el nombre al disco.
La excelente “Speedway,” de Vauxhall and I (1994), fue la antesala del mejor momento de la noche: Morrissey y su banda reproduciendo en un escenario el clásico (y uno de los mejores temas de la historia) “How Soon is Now?”, otro de su banda ochentosa The Smiths. Majestuosidad sonora directo a los oídos y al corazón.
"I'm Throwing My Arms Around Paris”, de Years of Refusal (2009), “The World Is Full of Crashing Bores”, y de su ultimo trabajo, con claras influencias hispanas y latinas¸ “Kiss Me a Lot” y “Staircase at the University” . Esta última dio el pie para que los músicos de la banda vayan pasando por el microfóno principal, presentándose y saludando al público. Algo ideado por el británico de tono barítono, que lo hace más especial de lo que es.
“Morrissey… Morrissey… Morrissey”, entonaba Moz, pero al ritmo de la canción de Leo García, que lleva su nombre y es el hit más recordado del artista pop nacional. Un mimo para alguien que le hizo una canción en su honor en estas tierras. El tema que siguió fue el único cover de la noche: “You ‘ll Be Gone”, de Elvis Presley. De un homenaje que le hicieron a él, a otro que él dedicó.
Se puede decir que Morrissey
tocó bajo dos presidencias en esta cuarta visita al país. Previo a “Mama
Lay Softly on the Riverbed”, el artista preguntó como veían al nuevo presidente
y si era del gusto masivo de esa noche. La respuesta fue un claro abucheo de la
mayoría de los presentes.
Otro momento inolvidable, fue cuando Steven Patrick interpretó “Everyday is Like Sunday”, otro clásico de su disco debut como solista, Viva Hate, de 1988. No alcanzaron las manos para aplaudir tal versión.
The Smiths volvíó a sonar sobre el escenario con dos canciones del disco Meat is Murder (1985): primero, “What she said” y luego, la que bautiza al disco. Para esta última, mientras Moz cantaba con sentimiento, convicciones y energía, un vídeo de fondo, mostraba imágenes de muertes de animales en mataderos, que terminó con una frase con un claro mensaje: “¿Ahora cuál va a ser tu presa? La carne es asesinato”. Corto y en español para que queden en claro sus ideales.
El show llegaba a su fin con dos temas muy Morrissey made in 2000: “Let Me Kiss You”, de You Are The Quarry (2004) y “I Will See You in Far-Off Places”, de Ringleader of the Tormentors (2006). Pero después de irse de escena, volvieron todos los músicos a la carga otra vez al compás de “The Queen is Dead”, también de los Smiths. Sólo quedaba tiempo para que se despidiera de su público y confesándoles, que el también los amaba.
Actitud, simpatía, carisma, un sonido popero pero rockero a la vez, una banda que lo acompaña a la perfección, una discografía alucinante. Todo eso lo acompaña a Morrissey, uno de esos artistas que marcaron a fuego la historia del Rock. Por suerte, la gira lo trajo nuevamente a Argentina, y el show en el Luna Park fue una verdadera obra de arte por donde se lo mire. De esas que por suerte no se borran de la mente y quedan para siempre. ¡Gracias por volver, Moz!
Otro momento inolvidable, fue cuando Steven Patrick interpretó “Everyday is Like Sunday”, otro clásico de su disco debut como solista, Viva Hate, de 1988. No alcanzaron las manos para aplaudir tal versión.
The Smiths volvíó a sonar sobre el escenario con dos canciones del disco Meat is Murder (1985): primero, “What she said” y luego, la que bautiza al disco. Para esta última, mientras Moz cantaba con sentimiento, convicciones y energía, un vídeo de fondo, mostraba imágenes de muertes de animales en mataderos, que terminó con una frase con un claro mensaje: “¿Ahora cuál va a ser tu presa? La carne es asesinato”. Corto y en español para que queden en claro sus ideales.
El show llegaba a su fin con dos temas muy Morrissey made in 2000: “Let Me Kiss You”, de You Are The Quarry (2004) y “I Will See You in Far-Off Places”, de Ringleader of the Tormentors (2006). Pero después de irse de escena, volvieron todos los músicos a la carga otra vez al compás de “The Queen is Dead”, también de los Smiths. Sólo quedaba tiempo para que se despidiera de su público y confesándoles, que el también los amaba.
Actitud, simpatía, carisma, un sonido popero pero rockero a la vez, una banda que lo acompaña a la perfección, una discografía alucinante. Todo eso lo acompaña a Morrissey, uno de esos artistas que marcaron a fuego la historia del Rock. Por suerte, la gira lo trajo nuevamente a Argentina, y el show en el Luna Park fue una verdadera obra de arte por donde se lo mire. De esas que por suerte no se borran de la mente y quedan para siempre. ¡Gracias por volver, Moz!
-----------------------------------------------------------------------
Publicada en Revista El Bondi:
http://www.elbondi.com/cobertura/morrissey/moz-su-majestad#.VtelmeZ8dzk
Publicada en Revista El Bondi:
http://www.elbondi.com/cobertura/morrissey/moz-su-majestad#.VtelmeZ8dzk
Las fotos son propiedad del fotógrafo Beto Landoni.